Aunque parecía que él era el único que podía desafiar las leyes de la naturaleza, el indomable Bob Barker nos dejó. Bob fue querido en todo el mundo y se fue sabiendo que su trabajo y su legado continuarán.
La influencia de Bob en la industria del entretenimiento es indiscutible, pero lo que más le importaba era marcar la diferencia para los animales. Usó su voz y su posición cada vez que encontró la oportunidad de ayudar a animales en problemas. Todos escuchamos el mensaje de Bob de “esterilizar y castrar a tus mascotas” en The Price Is Right, pero es posible que muchos no sepan que Bob no permitiría que se regalara nada hecho de pelaje o cuero. Por respeto al compromiso de Barker con el vegetarianismo, nunca se publicitaron en el programa productos de carne. Incluso después de dejar el programa, Bob hizo un llamado a los productores para que retiraran los viajes a SeaWorld de los paquetes de premios.
La calidez y el encanto de Bob eran muy reales. Cuando visitó Cherokee, Carolina del Norte, para pedir ayuda para los osos de los espantosos zoológicos de carretera de la reserva, prácticamente todos en la ciudad hicieron fila para recibirlo. Fue paciente y amable y les pidió a todas las personas con las que habló a que se opusieran a mantener a los osos en fosas de concreto.
A sus 92 años, Bob filmó en una sola toma un video de PETA que fue enviado a todos los miembros del Congreso condenando los insoportables y profundamente crueles experimentos de privación materna de los Institutos Nacionales de Salud con monos bebés.
El corazón de Bob estaba abierto y también su billetera. Dijo que estaba encantado de gastar 700.000 dólares para pagar el envío de las elefantas Toka, Thika e Iringa desde su estrecho recinto en el Zoológico de Toronto a la gran extensión verde del santuario de la Performing Animal Welfare Society en California. Bob estaba en el santuario para recibirlas cuando llegaron.
Donó 2 millones de dólares a Drury University de Missouri para que la escuela añadiera una cátedra de derechos de los animales y un curso de ética para los animales al plan de estudios. Compró simuladores de pacientes humanos para reemplazar a los gatos usados en los ejercicios médicos de la Universidad de Washington en St. Louis (¡y también se ofreció a buscar hogares para los gatos!).
Nuestra sede en la costa oeste, el edificio Bob Barker, será para siempre un testimonio de la visión de futuro y el profundo compromiso de Bob para marcar la diferencia para los animales.
Bob siempre será un tesoro, para nosotros y para muchos animales de todo el mundo.
Escrito por Ingrid E. Newkirk