Takara, una orca de 25 años en el SeaWorld de San Antonio, ha vivido una vida de sufrimiento. Ha sido inseminada artificialmente muchas veces, separada de su madre y de dos de sus hijos y trasladada de parque temático a parque temático a capricho de SeaWorld.
PETA le pide a SeaWorld que no someta a su quinto bebé a toda una vida de sufrimiento en prisión y retire a ambos, madre e hijo, a un santuario costero, donde el bebé algún día podría reunirse con la madre de Takara, sus otros hijos y nietos.
El bebé de Takara será el último en nacer en SeaWorld tras ser obligado a ponerle fin a su sórdido programa de reproducción de orcas, porque, según su gerente general, “La información y las tendencias demostraron que o habría un SeaWorld sin ballenas o un mundo sin SeaWorld”. DEBEN hacer lo correcto: evitar que sufra y enviarlos a un santuario costero. No deben permitir que este bebé nade en círculos interminables dentro de tanques diminutos durante décadas.
SeaWorld puede actuar ahora y trabajar en un plan de transición para llevar a Takara, su bebé y otros animales, quienes han sufrido por mucho tiempo en sus parques, a santuarios costeros a fin de que puedan tener algún atisbo de una vida natural.
Qué puedes hacer
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