Trabajadores de rescate de PETA descubrieron a estas dos tortugas al lado de carreteras locales. A pesar de haber sido mortalmente heridas, ambas tortugas continuaban con vida y sufriendo inmensamente cuando las encontramos. Fueron sacadas de su miseria rápidamente y de manera compasiva.
A medida que el clima se calienta, las tortugas se movilizan cada vez más. Si ves una tortuga tratando de cruzar una carretera, ayúdala. Para cargarlas hasta el otro lado del camino, las tortugas pequeñas pueden ser sujetadas por ambos lados del caparazón y del cuerpo, adelante de las patas traseras. Las tortugas grandes o con el caparazón roto pueden ser cuidadosamente persuadidas a entrar a una jaula para transportar animales o en una superficie plana y resistente para que puedan ser movidas una distancia corta de forma segura, o simplemente puedes caminar detrás del animal hasta que la tortuga esté segura del otro lado.
Siempre carga a las tortugas en la dirección a la que iban. Estos animales determinados tienen un destino en mente, y simplemente irán de regreso al camino si tratas de cambiar su curso. Las tortugas saludables y sin heridas no deberían ser movidas del lugar donde se encontraron, así que una vez que hayan cruzado a salvo la carretera, es mejor dejarlas.
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