Cuando pensamos en animales en los que hacen experimentos, es probable que nos vengan a la mente los vulnerables ratones, ratas y conejillos de indias. (¿”Ser el conejillo de indias”? ¡No! ❌ “Ser el tubo de ensayo”. ✔️) Quizás también pienses en los sensibles conejos. Y mientras que los conejos, cobayos, ratones y ratas usados en laboratorios definitivamente son los que más necesitan nuestra ayuda permanente, estas otras víctimas de la experimentación en animales también la necesitan y sus rasgos característicos podrían sorprenderte.
1. Perros en laboratorios
Cuando pienso en golden retrievers, recuerdo a mis mejores amigos de la infancia, Sequoia y Sierra. Cuando la Universidad de Texas A&M (TAMU) piensa en golden retrievers, “tortura” es lo que aparentemente le viene a la mente. Durante años, los experimentadores de la TAMU han estado atormentando a los perros en un intento fallido de encontrar una cura para la distrofia muscular (DM) en humanos, pero los engañosos experimentos no han originado ninguna. Sin embargo, 29 perros siguen atrapados en el infame laboratorio de DM canina de la universidad y necesitan nuestra ayuda.
Los beagles y otros perros también son sometidos a pruebas atroces. En Liberty Research, Inc., se les inyectaron pesticidas a los perros y se perforaron agujeros en sus cabezas. En un experimento, emplearon un taladro para perforar agujeros en los cráneos de 30 beagles jóvenes, de tal forma que el virus del moquillo pudiera ser inoculado directamente en sus cerebros. Algunos de los perros parpadearon e incluso gimieron durante el doloroso procedimiento, lo que indica que no habían sido anestesiados adecuadamente. Imagínate que este dolor fuera infligido a tu querido compañero canino.
Actúa para acabar con los crueles experimentos en perros2. Gatos en laboratorios
La mayoría de nosotros pensamos en los gatos como compañeros felinos, a veces atrevidos, pero siempre queridos, a los que les encantan las cajas donde llegan nuestros pedidos de Amazon y, a veces, duermen siestas en lugares impresionantemente estrechos. Sin embargo, más de 19.000 gatos son maltratados en laboratorios de EE.UU. cada año, además de las decenas de miles que son asesinados y vendidos a las escuelas para crueles y rústicas disecciones en el salón de clases.
Por dar un ejemplo, docenas de gatos fueron encerrados, cortados y asesinados en experimentos crueles e inútiles de “localización de sonido”, en la Universidad de Wisconsin–Madison (UW). Esto sucedió hasta que el laboratorio de la UW cerró sus puertas luego de una intensa campaña de PETA. Los gatos sobrevivientes fueron adoptados incluso en hogares privados.
En la Universidad de Utah (la U), un investigador de PETA notó que una gata embarazada, que había sido comprada por $15 en un refugio de animales de la localidad, parió ocho gatitos el mismo día que llegó a la universidad. Después, a los gatitos les inyectaron una sustancia química en el cerebro y todos murieron. En otro experimento en la U, se hizo un agujero en el cráneo de un gato llamado Robert, quien también había sido comprado en un refugio local y le implantaron electrodos en su cerebro. Una campaña posterior de PETA condujo a la adopción de Robert en un buen hogar, así como al anuncio por parte de la U de que ya no obtendría animales de los refugios, lo que efectivamente puso fin a la toma de animales de refugios en el estado de Utah.
3. Monos en laboratorios
Si te pidiéramos que simplemente describieras a los monos, probablemente te imaginarías selvas frondosas, árboles con ramas para balancearse, tal vez a uno de nuestros compañeros primates espulgando los piojos del pelo de un amigo… Pero lo que probablemente no imaginarías es el espectáculo de horror que es el laboratorio de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de la experimentadora Elisabeth Murray.
A los monos víctimas de Murray les perforan el cráneo y luego les inyectan toxinas en su cerebro o les succionan partes del mismo. Son atormentados con arañas y serpientes falsas y luego son asesinados. Y estos son experimentos completamente inútiles para ayudarnos a entender aspectos de la salud humana.
Los NIH despilfarran el dinero de los contribuyentes en el laboratorio de Murray como si creciera en los árboles, aunque ella y sus colaboradores reconocieron hace años que los experimentos tienen fallas porque el estrés extremo que soportan los monos junto con otros factores puede influir en los resultados. “(…) No podemos descartar la posibilidad de que factores ambientales como el estrés hayan contribuido al influjo genético en el conocimiento que reportamos”, admitieron Murray y sus colegas en un artículo de 2007.
Dile a los NIH que dejen de financiar el tormento de monos4. Aves en laboratorios
Sí, leíste bien: aves. Lechuzas en un laboratorio ubicado en un sótano, para ser exactos. Aunque las lechuzas comunes son como nosotros (excepto probablemente más geniales), el experimentador de la Universidad Johns Hopkins (JHU), Shreesh Mysore, tiene a estos sensibles animales cautivos en su laboratorio, les corta el cráneo, les inserta electrodos en el cerebro, los obliga a observar puntos en una pantalla y eventualmente los mata, todo para que supuestamente pueda aprender algo sobre los humanos con trastorno por déficit de atención e hiperactividad.
En la Universidad Estatal de Colorado (CSU), un grupo liderado por el experimentador Gregory Ebel está usando el dinero de nuestros impuestos para atrapar cuervos americanos, petirrojos y gorriones; infectarlos con el virus del Nilo Occidental; observar cómo desarrollan los síntomas de la infección y matarlos. Estos experimentos no ayudan a las aves ni a los humanos. El mismo Ebel ha reconocido que los mecanismos virales difieren radicalmente de una especie de ave a otra.
Desde el 2008, la asesina serial de pájaros, Christine Lattin, también ha estado torturando aves en experimentos grotescos. Una vez atormentó a aves cantoras silvestres en experimentos absurdos en la Universidad de Yale. Ahora, en la Universidad Estatal de Luisiana, se ha embarcado en otro plan en su continuo esfuerzo por librar al mundo de alegría, con una nueva ronda de experimentos inútiles que implican matar y desmembrar gorriones domésticos. Tanto las lechuzas como los gorriones son monógamos y se sabe que tanto las madres como los padres de cada especie participan en la alimentación de sus crías. A pesar de que estas aves comparten similitudes con los humanos, incluyendo la preferencia por no ser atormentadas y asesinadas por la falsa ciencia, las matanzas de Mysore, Ebel y Lattin en las universidades continúan.
Por favor, insta a la LSU a detener los experimentos de Lattin con gorriones capturados5. Cerdos en laboratorios
Existe una razón por la que los guionistas no escribieron “Babe: Pig in the Laboratory“: incluso en una película de ficción, un cerdo en un laboratorio nunca va. Sin embargo, en los laboratorios de la Clínica Cleveland, una investigación encubierta de PETA reveló que los cerdos son usados para que “los nuevos médicos practiquen”: figuras de práctica vivas, que respiran. Otros fueron sometidos a cirugía rectal experimental. Cuando no estaban siendo torturados en experimentos, los animales normalmente sociables y juguetones eran colocados en jaulas desoladas.
Después de nuestra investigación, presentamos nuestros hallazgos a los NIH y hemos solicitado que el organismo lleve a cabo su propia investigación.
Súmate: Pídeles a los NIH que dejen de financiar experimentos crueles en la Clínica Cleveland6. Peces en laboratorios
Cada año, millones de peces sensibles e inteligentes son confinados, maltratados y asesinados en crueles experimentos en laboratorios de todo el mundo. A los peces dorados les hacen agujeros en los cráneos diminutos e implantan dispositivos de acero en sus ojos; matan a peces cebra y les extraen el cerebro después de inyectarles anfetaminas; y truchas arco iris y otros peces son sometidos a pruebas de toxicidad dolorosas y arcaicas, en las que son envenenados hasta la muerte con sustancias químicas nocivas.
Ratones, ratas, conejillos de indias, conejos, perros, gatos, monos, aves y cerdos: todos son animales que no quieren morir –más que tú o yo– por la “ciencia”. (Y se experimenta en otras especies también). Así que, la próxima vez que tengas la oportunidad de ayudar a los animales utilizados en experimentos (como ahora), no la dejes pasar. Más vidas de las que podrías haber imaginado dependen de que nosotros hagamos algo. Haz clic en el enlace a continuación para ayudar a PETA a acabar con los experimentos en animales.
7 Formas de ayudar a los animales que sufren en experimentos