Una inspección en un rancho con leones cautivos, que se cree está involucrado con el turismo de animales silvestres, ha puesto al descubierto una perturbadora crueldad hacia los animales.
Oficiales de la SPCA nacional de Sudáfrica (NSPCA) realizaron una inspección sin previo aviso en la granja Pienika y descubrieron 20 cadáveres de cachorros de león y de tigre dentro de un congelador.
Conservation Action Trust
Rescatistas en el lugar filmaron un video en el que se ven dos cachorros de león sacudiéndose, muy enfermos y temblando en la estrecha jaula de metal en la que estaban encerrados. Sus piernas traseras y delanteras estaban paralizadas. Un veterinario tuvo que aplicarles la eutanasia a ambos cachorros.
La sorpresiva inspección fue posterior a una visita de NSPCA a la instalación en abril, durante la cual los oficiales encontraron tigres, leones, leopardos y linces africanos apiñados en lotes de tierra y suciedad sin agua ni refugio. Los inspectores dijeron que más de 30 animales estaban hacinados en un espacio que solo podía contener a dos animales. La inspección también reveló que 27 leones sufrían de sarna tan severa que habían perdido casi todo su pelaje.
© Conservation Action Trust
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En la instalación, había cuatro cachorros de león que no podían caminar. El Dr. Peter Caldwell, quien trató a dos de ellos, dijo que habían sido separados de sus madres muy tempranamente, sufrían desnutrición y sistemas inmunológicos debilitados, y habían contraído una infección de meningoencefalitis del cerebro y médula espinal.
Un portavoz de NSPCA comentó: “Cuando hay dinero de por medio y animales involucrados, es inevitable que haya crueldad”.
Si bien no está claro el modelo exacto de negocio de este rancho con animales cautivos, se cree que la instalación está involucrada en el turismo de animales silvestres. Los criaderos producen camada tras camada de cachorros de grandes felinos y los apartan de sus madres casi inmediatamente para venderles a los turistas la oportunidad de alimentar a cachorros “huérfanos” y tomarse fotos con ellos.
Cuando los bebés crecen mucho para ser usados para dichos propósitos, muchas veces son vendidos a ranchos de “caza enlatada” o usan sus partes en varios “remedios”. El dueño de Pienika Farm supuestamente forma parte de una organización pro-caza y también se cree que ha estado vendiendo partes de animales para “medicinas” alternativas.
Eduardo Goncalves, fundador de la Campaña para prohibir la caza de trofeos, le dijo a The Sun:
“Existen alrededor de 60 de estas instalaciones en Sudáfrica que crían grandes felinos para que la gente interactúe con ellos, les dén el biberón y luego los asesinen de un disparo para un trofeo. Muchas veces venden los huesos a distribuidores sospechosos en Asia quienes hacen falsas medicinas con ellos. … Tienen a los animales en pésimas condiciones y sus dueños hacen una fortuna con su miseria”.
Esto no sucede solo en Sudáfrica. En todo el mundo, los cachorros criados para que la gente les dé de comer, interactúe y se tome fotos con ellos sufren un destino similar, o son relegados a decrépitos zoológicos de carretera, aprisionados en jaulas y usados como máquinas reproductoras, o asesinados inmediatamente en cuanto crecen.
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Mientras la gente está dándoles la espalda a las abusivas exhibiciones de animales cautivos, los expositores están usando expresiones que suenan bien como “santuario”, “refugio”, “orfanato” y “rescate” en sus nombres. Pero el uso de estos términos no está regulado, y muchas veces son inexactos.
Los verdaderos santuarios nunca separan a las madres de sus hijos ni compran, venden, explotan o se lucran de los animales. Y no someten a los animales, que son naturalmente temerosos, a una manipulación humana constante, flash de cámaras, ruido y confusión. Si la instalación que estás pensando visitar no está acreditada en la Federación Global de Santuarios de Animales, probablemente haya una buena razón por la que no lo está.
Que no te engañen. Por favor, no vayas a instalaciones no acreditadas que fomentan el ciclo de explotación de reproducción y abuso de animales exóticos.