Escrito por Jennifer O’Connor
Después de enterarse de que un grupo de novilleros está en huelga de hambre para tratar de presionar a la Corte Constitucional de Colombia para que restablezca las mortales corridas de toros en la plaza La Santamaría en Bogotá, PETA envió a la Corporación Taurina de Bogotá una carta ofreciendo pagar por la capacitación de los matadores en nuevos empleos que no impliquen tortura.
Los matadores ya están educados en la muerte – es decir, atravesar con lanzas, apuñalar, y matar a toros – así que trabajos como operador de funeraria, cosmetólogo mortuorio o velador de cementerio parecen ser opciones ideales.
Es momento de que estos toreros acepten que la racha de asesinatos ha terminado, y que el interés en este deporte sangriento se encuentra en una espiral descendente. Según un estudio de Ipsos MORI en el 2013, más del 70% de los españoles no tiene ningún interés en asistir o apoyar las corridas de toros y más de las tres cuartas partes se opone al uso de recursos públicos para apoyar al sector taurino.
