Lo llaman “rescates en fábricas de cachorros”. Pero sería más preciso llamarlo: “compras en fábricas de cachorros”. Como expuso el diario The Washington Post, los llamados grupos de “rescate” van a subastas de fábricas de cachorros y pagan a criadores con dinero proveniente de donaciones, por cientos y hasta miles de dólares por un solo perro.
Las subastas solían ser básicamente reuniones de intercambio para criadores o eventos en los que un verdadero rescatista pudiera comprar perros de criadero no queridos, por un valor nominal para darlos en adopción. Pero en la última década, algunos grupos de “rescate” de perros de raza han estado utilizando dinero de donaciones para comprar perros por muchísimo dinero. A través de recaudaciones de fondos en línea, los grupos recaudan decenas de miles de dólares para cada subasta, bajo la apariencia de rescatar perros de fábricas de cachorros. Pueden luego venderlos a precios exorbitantes a quienes quieren una raza específica. Pero los criadores admiten que están vendiendo los perros que ya no van a usar y que saben bien que los “rescatistas” pagarían prácticamente cualquier precio que pongan para “salvar” a un perro.
“Un criador amigo dijo que está pensando guardar a sus cachorros hasta que tengan cerca de un año y luego llevarlos a la subasta”, dijo un asistente a las subastas. “Los rescatistas pagarán más que los distribuidores en tiendas”.
Un criador le dijo al Post que recibió $1.750 dólares de un “rescatista” por una hembra de bulldog inglés de 19 meses quien sufría de alergias, mucho más de lo que hubiera obtenido si la hubiera vendido a través de una tienda de mascotas. Y los vendedores de cachorros están ahora ganando muchísimo dinero vendiendo “cachorros híbridos de diseño”, incluyendo puggles, morkies, labradoodles, goldendoodles, y shipoos. “Esto es lo que generan los rescates, competencia”, comentó un subastador. “Se pararán ahí y se mirarán fijo y pujarán entre ellos. En líneas generales, son los rescatistas noqueándose unos a otros”. Estos perros “híbridos de diseño” incluyen muchos de las mismas crías que los refugios han estado dando en adopción durante décadas.
Muchos de los “rescatistas” son simplemente personas desinformadas con buenas intenciones. Algunos de ellos admiten que cuando pagan enormes sumas de dinero por perros en subastas, creían que estaban ofertando contra los criadores. Pero otros grupos de rescate de perros de raza, consciente e intencionalmente, recaudan dinero de donaciones en masa para “salvar” a perros de las fábricas de cachorros y luego venderlos como “rescatados” a compradores que pagan bien. En cualquier caso, están apoyando la industria de los criaderos de perros. Entregándoles miles de dólares a la misma gente que está agravando la crisis de animales sin hogar les permite seguir beneficiándose con el sufrimiento de los animales.
Mientras las ciudades están prohibiendo las ventas de perros provenientes de fábricas de cachorros en un intento por impedir la reproducción de perros cortando con una fuente de ganancias, los criadores están encontrando un nuevo canal de distribución y fuente de ingresos a través de estos grupos de “rescate”.
Los compradores de esos perros deberían ser conscientes de que haciendo eso no solo están agravando la crisis de animales sin hogar, sino también contribuyendo a un aumento en la cantidad de perros que podrían tener problemas de salud debilitantes de por vida, por haber sido reproducidos para tener características físicas específicas. Por ejemplo, los Cavalier King Charles spaniels frecuentemente padecen un fuerte dolor causado por sus cráneos que presionan contra sus cerebros porque fueron criados para tener una determinada característica de cabeza de forma antinatural. Los bulldog francés a menudo padecen problemas respiratorios que pueden ser (parcialmente) corregidos solo con cirugía, porque fueron criados para tener esa cara aplastada.
Y mientras que el Post hizo un muy buen trabajo exponiendo los “rescates” descarriados, el artículo no dice casi nada del maltrato que los perros padecen en las fábricas de cachorros. La sola instalación que el Post resaltó (léase realzó) por tener recintos internos y corrales externos, no es común en tales instalaciones, que normalmente confinan a los perros en cobertizos y jaulas, y los privan de atención médica que necesitan de forma urgente. Y todas las fábricas de cachorros sigue forzando a las hembras a someterse a ser fecundadas, ser preñadas, parir y perder a sus bebés de apenas semanas de nacidos, una y otra vez.
Los verdaderos rescatistas ayudan a los animales, no apoyan ni perpetúan el comercio de mascotas. Cualquier grupo que quiera ayudar a estos perros puede ayudar a aquellos que ya están esperando desesperadamente en refugios por un hogar. De los millones de perros no deseados que inundan los refugios cada año, se estima que un 25 por ciento son “de raza”. Mucha gente los compra para regalar o por capricho para luego abandonarlos cuando la novedad pasa y no quieren asumir el trabajo o el gasto de mantenerlos. Hay muchísimos perros sin hogar en EE.UU. y financiar a los criaderos nunca beneficiará a los animales.
Antes de donar a rescatistas o adoptar un animal rescatado por ellos, especialmente de aquellos que afirman que “rescatan de fábricas de cachorros”, infórmate cómo adquieren los animales y lo que pagan por ellos. Y por supuesto, ayuda a combatir el problema de los animales sin hogar siempre castrando y adoptando, nunca comprando animales de compañía.