Escrito por Angela Henderson
El reporte financiero de SeaWorld del 2015 fue publicado y, con él, la confirmación de que la compañía ha empleado a más de un espía para infiltrarse en PETA y de que valora más a sus espías que a sus ejecutivos, a quienes ha sacado de la compañía por montones, ya que al menos uno de los espías todavía trabaja en la empresa.
En una llamada a los inversionistas el jueves, el Director Ejecutivo de SeaWorld, Joel Manby, admitió haber utilizado espías cuando, según se reportó, dio instrucciones a la gerencia de “terminar la práctica en la que ciertos empleados se hicieron pasar por activistas de los derechos de los animales”.
PETA puso al descubierto a los espías de SeaWorld por primera vez en julio, cuando se reveló que un hombre llamado Paul T. McComb, un empleado de recursos humanos de SeaWorld en San Diego, estaba haciendose pasar por un activista bajo el nombre “Thomas Jones”.
A la izquierda “Thomas Jones.” A la derecha Paul McComb.
“Jones” se unió al “Action Team” de PETA usando una dirección postal en San Diego, la cual descubrimos que estaba registrada a nombre de Ric Marcelino, el director de seguridad de SeaWorld San Diego. Él buscó constantemente obtener información del personal de PETA acerca de protestas contra SeaWorld, e incluso se unió a los simpatizantes de PETA en una protesta contra la carroza de SeaWorld en el Desfile de las Rosas del 2014. Pero después de que lo arrestaron y lo llevaron a la cárcel junto con los demás manifestantes que se sentaron frente a la carroza, desapareció repentinamente cuando los otros manifestantes fueron registrados y posteriormente puestos en libertad bajo fianza. A “Jones” lo dejaron ir inexplicadamente sin cargos, y su nombre nunca siquiera apareció en los registros de arresto.
“Thomas Jones” arrestado en la manifestación
“Jones” intentó en repetidas ocasiones incitar a la gente que se opone a SeaWorld a que actuara de manera ilegal:
Y en julio, PETA también denunció la posibilidad de que la compañía estuviera usando a más de uno de sus empleados como espías.
Pero los problemas de SeaWorld no se terminan con la vergonzosa admisión de haber espiado. Las acciones de la compañía se desplomaron hoy más de un 11 por ciento después de que se publicara el reporte del 2015.
Las finanzas de SeaWorld continúan colapsando mientras se siguen encontrando animales muertos en sus tanques diminutos, con una muerte cada mes desde noviembre. Si SeaWorld tuviera astucia empresarial o sentido común, modernizaría su negocio con santuarios costeros y exhibiciones de realidad virtual, en lugar de perpetuar las cárceles para delfines. Los espectáculos de mal gusto de orcas y las tácticas despreciables de espionaje están hundiendo el barco de SeaWorld.
Paul McComb continúa empleado por SeaWorld, aunque se reportó que lo trasladaron a otro departamento.
