7 razones por las que nunca debes comprar un cangrejo ermitaño

Escrito por el personal de peta2 Kim Johnson.

De niño, vivía con dos gatos adoptados considerados como miembros de la familia. Así que cuando comencé mi primer año de universidad, me sentí solo en los dormitorios de la universidad sin un animal de compañía. Un fin de semana, estando en un centro comercial, encontré una tienda que vendía cangrejos ermitaños ¡y decidí que uno de estos pequeños seres sería el compañero perfecto para mi dormitorio! El resto es historia. Llevé el cangrejo a mi casa, lo llamé Herman y prometí darle una gran vida. Seguí las “instrucciones de la tienda para su cuidado” y conseguí un tanque de plástico para Herman, junto con algunas piedritas y algunas ramas para que trepara.  Todos los días alimentaba a Herman y lo sacaba de su tanque para que explorara. Además compré un caparazón de repuesto de colores brillantes en caso de que creciera más y necesitara mudar de caparazón. Pero Herman nunca creció. De hecho, vivió solo unos pocos meses.

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Pensaba que le estaba dando a Herman una vida feliz, pero en realidad, solo estaba apoyando a una industria cruel que lo había separado de su casa en la naturaleza y lo había enviado a un centro comercial para ser vendido a cambio de una ganancia. A continuación te presentamos siete razones por las que nunca debes comprar un cangrejo ermitaño:

1. Prácticamente cada cangrejo ermitaño de tierra que se vende en una tienda o centro comercial ha sido capturado en su hogar en la naturaleza, ya que los cangrejos ermitaños rara vez son criados en cautiverio.

2. ¡Los cangrejos ermitaños necesitan de muchos amigos! Crecen en grandes colonias, donde a menudo duermen amontonados. Les gusta escalar, buscar comida y explorar, e incluso colaboran en equipo para encontrar alimento.

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3. Los cangrejos ermitaños pueden vivir por más de 30 años en su hábitat natural en costas tropicales, pero después de ser comprados, la mayoría no vive más que de entre unos pocos meses a un año.

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4. Para sus guardianes, pudiera parecer que los cangrejos ermitaños en cautiverio actúan con normalidad, pero con el tiempo, muchos cangrejos en realidad  mueren lentamente de asfixia debido a que sus branquias modificadas requieren de un alto nivel de humedad a fin de respirar.

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5. A menudo, los cangrejos ermitaños también son envenenados lentamente por el agua del grifo y/o la pintura tóxica que adorna sus conchas. A los cangrejos no les importa si sus conchas son color naranja o morado, ¡pero pagan con sus vidas porque a los seres humanos si les importa!

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6. Los cangrejos necesitan un lugar para mudar de piel y crecer. La piel del cangrejo no se estira ni crece como la nuestra, por lo que necesitan un lugar muy profundo con arena húmeda como madriguera para mudar su piel. Sin un espacio adecuado donde muden su piel, el cuerpo del cangrejo detendrá el proceso de muda hasta su muerte.

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7. El comercio del cangrejo ermitaño también perjudica a los cangrejos silvestres. Cada año, trabajadores recolectan miles de conchas del océano con el fin de pintarlas y venderlas con los cangrejos “mascota”, lo cual priva a los cangrejos ermitaños silvestres de hogares, que son muy escasos y contribuye a lo que se ha denominado la “crisis de vivienda del cangrejo ermitaño”. En un momento dado, el 30 por ciento de los cangrejos silvestres habitan conchas que son demasiado pequeñas para ellos, y después de su fase de crecimiento en primavera, esta cifra puede incrementarse a casi 60 por ciento.

¿Cómo puedes ayudar a los cangrejos ermitaños?

Nunca compres un cangrejo ermitaño. No son buenos como “primeras mascotas” o decoración. Los cangrejos son animales complejos y sensibles que quieren vivir en la naturaleza y no en una jaula. Incluso la persona mejor intencionada que compra cangrejos nunca será capaz de darles la vida que se merecen.

Si tú o alguien que conoces ya tiene un cangrejo ermitaño, denle un vistazo a esta guía para el cuidado del cangrejo ermitaño con consejos útiles para mantener a los cangrejos felices. Los cangrejos ermitaños necesitan compañerismo, mucho espacio para escalar, sustrato donde puedan enterrarse para mudar de piel, humedad, temperaturas cálidas, conchas adicionales, agua dulce y salada (únicamente sal de acuario declorada), ¡y mucho, mucho más! Nunca liberes un cangrejo en cautiverio de regreso a la naturaleza.