En 1981, en las noticias internacionales de última hora, PETA fue la primera en exponer una atrocidad financiada por los Institutos Nacionales de Salud (NIH). (Ver el caso de los “monos de Silver Spring” a continuación). Ahora, 40 años después, Anthony Fauci y el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID, su división de los NIH) han sido criticados por supuestamente financiar experimentos en Túnez en los que los experimentadores drogaron a cachorros de beagle y encerraron sus cabezas dentro de jaulas llenas de moscas de arena infectadas y hambrientas. Los aberrantes detalles de los experimentos han indignado a la gente (y con razón). Pero si bien los experimentos fueron ciertamente horrorosos, no fueron sorprendentes, y eso se debe al largo historial de PETA en exponer y detener otros horrores de los NIH, un historial que prueba que, en el organismo, la podredumbre ha sido profunda durante décadas.
5 horrores de los NIH que PETA ha expuesto desde 1981
Apodado el Caso de los monos de Silver Spring y conocido como “el caso que dio inicio a PETA”, nuestra primera investigación encubierta (que también fue la primera investigación encubierta en un laboratorio con animales en EE.UU.) se realizó dentro del Instituto de Investigación del Comportamiento, un laboratorio en Maryland que había recibido de los NIH cientos de miles de dólares provenientes de impuestos para experimentar en monos. PETA expuso cómo los experimentadores les cortaban los nervios de la médula espinal a los monos, inutilizando una de sus extremidades; les aplicaban descargas eléctricas y los pinchaban con pinzas; y los alojaban dentro de jaulas sucias con piso de malla de alambre donde la comida caía sobre las heces debbajo. La investigación resultó en la primera orden de allanamiento de un laboratorio, la primera condena de un experimentador de animales por cargos de abuso animal, la primera revocación de fondos federales de investigación debido a la crueldad hacia los animales y el primer caso relativo a animales en laboratorios considerado por la Corte Suprema de EE.UU.
Durante 15 años, experimentadores de la Universidad de Pensilvania cementaron las cabezas de babuinos en dispositivos metálicos y las golpeaban con un dispositivo hidráulico para causarles lesiones cerebrales traumáticas. Pero en 1985, el laboratorio financiado por los NIH cumplió su objetivo: después de que PETA publicara los propios videos de los experimentadores, organizamos una sentada de protesta en la sede del organismo en Bethesda, Maryland, donde 90 simpatizantes de PETA y activistas de derechos animales tomaron cinco oficinas de los NIH, negándose a dejarlas hasta que los ejecutivos del organismo accedieran a observar las imágenes de los atroces experimentos y actuaran a favor de los monos. Poco después, el Gobierno de EE.UU. cortó todos los fondos para los experimentos.
En 1987, Jane Goodall (la especialista en primates más importante del mundo) pidió el cierre de SEMA, un laboratorio contratado, después de que PETA publicara un video encubierto que revelaba las pésimas condiciones dentro de la instalación. Y después de que la investigación apareciera en la televisión internacional, SEMA puso fin al confinamiento en aislamiento total de los chimpancés bebés, cuatro de los cuales fueron rescatados de su laboratorio. En 2012, bajo la presión de PETA, SEMA –en ese momento conocida como BIOQUAL, una compañía que recibe millones de dólares en contratos de NIH y NIAID– puso fin al uso de chimpancés.
Apuntamos directamente también a los NIH y sus inmensos laboratorios internos. En 2014, con imágenes de video obtenidas por PETA que rápidamente se viralizaron, expusimos el muy controvertido y criticado maltrato de monos bebés dentro de un laboratorio de los NIH en Poolesville, Maryland: los experimentadores estaban enfermando mentalmente a los monos bebés al separarlos de sus madres protectoras. Tras una crisis inducida por PETA en los NIH, el organismo terminó con los experimentos y cerró su laboratorio de Poolesville.
Más trabajo por delante
Con tu ayuda, hemos puesto fin a la tortura anterior, así como a otros innumerables experimentos indignantes realizados o financiados por los NIH. Pero el organismo y sus “dinosaurios” siguen dependiendo de los fallidos modelos animales, lo que significa que todavía tenemos trabajo por hacer. El año pasado, por ejemplo, publicamos imágenes de video nunca vistas de experimentadores de los NIH aterrorizando a monos que tenían daño cerebral, con serpientes y arañas falsas de apariencia realista como parte de un proyecto de décadas en el que los monos son maltratados y aterrorizados; experimentos que les han costado a los contribuyentes $47 millones. Desde que lanzamos nuestra campaña, más de 200.000 simpatizantes de PETA han enviado e-mails y realizado llamadas telefónicas, hemos liderado numerosas protestas enérgicas y los expertos han apoyado y respaldado el pedido de instar a los NIH a cerrar el laboratorio.
INSTA AHORA A LOS NIH A CERRAR EL LABORATORIO DE TERROR DE MONOSSi continúas enojado por los experimentos en perros beagle en Túnez, prepárate para que te hierva la sangre al ver el video de la última investigación encubierta de PETA: inmediatamente después de la revelación viral de Fauci-NIAID, hemos revelado cómo en Envigo, un proveedor de beagles de Virginia de los NIH y de otros laboratorios para ser usados en experimentos, cerca de 5.000 perros y cachorros beagle fueron confinados intensivamente en caniles y jaulas pequeñas y desoladas 24/7. Durante el tiempo que nuestro investigador estuvo en Envigo, se encontraron más de 360 cachorros muertos: algunos habían sido aplastados por sus madres dentro de las jaulas estrechas en las que estaban obligados a vivir, otros murieron de neumonía o hepatitis, y a algunos los dejaron pudrir junto a sus hermanos sobrevivientes. Nuestro investigador rescató a un perro (ahora llamado Samson) de las horribles condiciones de la fábrica, pero muchos otros aún necesitan nuestra ayuda. ¿Te sumas para actuar por ellos?
¡LIBERAMOS A SAMSON, PERO OTROS PERROS AÚN NOS NECESITAN!Aterrar a los monos con serpientes falsas y torturar a los beagles son solo dos ejemplos de los fracasos éticos, fiscales y científicos de los NIH. Con el anuncio de la renuncia del director de los NIH, Francis “Vista Gorda” Collins, tenemos la oportunidad única de influir en el curso de la investigación científica en EE.UU. y ayudar a acabar con las décadas de la cruel y despilfarradora experimentación animal. Es muy importante que aprovechemos esta oportunidad. Así que hemos estado ocupados instando al presidente Joe Biden a no contratar a otro “dinosaurio” para dirigir los NIH. Necesitamos líderes que no tengan miedo de avanzar por nuevos rumbos. Por favor, ínstalo respetuosamente a que elija bien:
DILE A BIDEN QUE HABILITE LA EXPERIMENTACIÓN MODERNA SIN ANIMALES