Con demasiada frecuencia, “el mejor amigo del hombre” es forzado a pasar toda su vida en confinamiento solitario, atrapado al final de una cadena. Los perros encadenados a menudo se ven privados de la atención y la vivienda adecuadas y se les deja sufrir a través del calor extremo o de las heladas noches de invierno, cuando lo único que quieren es que los rasquen detrás de las orejas, caminatas alrededor de la cuadra, y la oportunidad de acurrucarse a los pies de sus guardianes en la noche—dentro de casa.
Acá están 15 razones para no encadenar a los perros:
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La mejor manera de ayudar a los perros encadenados es trabajar con los parlamentarios de la ciudad o condado para prohibir el encadenamiento, y PETA tiene los recursos para ayudarte a comenzar. Alza la voz por todos los perros encadenados o ayuda a un solo perro que lo necesite, y no olvides compartir con todas las personas que conoces.