Después de recibir información de PETA, Brasil ha dado un gran paso en el avance de la educación biomédica humanitaria en el país. En noviembre de 2016, PETA contactó al Consejo Nacional de Control de la Experimentación Animal del gobierno de Brasil para instarlo a tomar medidas concretas para reemplazar el uso de animales en varias áreas educativas biomédicas y de ciencias de la vida, en Brasil. Gracias a los esfuerzos de PETA e iniciativas locales clave por el destacado biólogo Dr. Róber Bachinsk y la Red de Desarrollo Humano de Brasil, el gobierno brasileño anunció que luego del 17 de abril de 2019, dejará de usar animales en actividades educativas crueles de observación y demostraciones.
Ejemplos de experimentos en clases prohibidos por esta ley incluyen cortar a los animales vivos para demostrar la ubicación o funcionamiento de órganos y sistemas, inyectarles drogas a los animales para observar sus efectos, y observar el comportamiento y expresiones de los animales usados en pruebas psicológicas.
Esta nueva regulación, publicada en el Diario Oficial de la Unión de Brasil como la Resolución Normativa N°38/2018, dice lo siguiente:
El uso de animales [para estos propósitos] … deberá ser reemplazado en su totalidad por videos, modelos computarizados u otros recursos provistos con contenido y calidad suficientes para mantener o mejorar las condiciones de aprendizaje.
PETA felicita al gobierno brasileño por este enorme paso en la modernización de la educación biomédica. Continuaremos trabajando para poner fin a todo uso de animales en dicha educación.
La ley brasileña ordena el uso de métodos de capacitación médica sin animales cuando estén disponibles. Considerando esto, y que dichos métodos humanos están disponibles en abundancia, incluyendo en la educación médica y veterinaria, Brasil puede todavía hacer más para evitarles a los animales sufrir en experimentos inefectivos, caros y poco éticos.
Pon de tu parte:
¿Sabías que las facultades en EE.UU. siguen usando animales en experimentos horribles e ineficientes? En la Universidad de Texas A&M (TAMU), los experimentadores crían golden retrievers para desarrollar distrofia muscular canina, que hace estragos en sus cuerpos y causa desgaste muscular y debilidad progresivos. Durante más de 35 años, los perros han sufrido en estos experimentos, pero ni una cura ni un tratamiento para revertir los síntomas de la enfermedad en humanos han sido descubiertos.
Haz clic en el botón de abajo para instar a TAMU a que cierre su laboratorio de perros y redirija sus recursos a métodos de investigación humanitarios: