En junio de 2016, el Congreso votó a favor de modernizar las pruebas químicas en EE.UU. y todos respiramos con alivio colectivo, con la esperanza de que la tendencia se estaba alejando de la fuerte dependencia de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) en pruebas con animales.
Y en marzo de este año, la EPA publicó su borrador de plan estratégico para implementar una ciencia libre de animales. PETA fue una de las primeras en elogiar a la agencia por haber escuchado a sus grupos de interés, entre ellos las organizaciones de protección animal que habían trabajado arduamente para alentar la aprobación de esta legislación y su directiva para reducir y reemplazar el uso de animales.
Sin embargo, como fue reportado recientemente en Science y en otros medios, cuando PETA revisó los datos disponibles, descubrimos un hecho extremadamente preocupante: desde la aprobación de la legislación, las solicitudes de pruebas en animales de la EPA y/o los requisitos para nuevas sustancias químicas se multiplicaron por diez.
Nuestros científicos identificaron varias razones específicas para este aumento y, junto con el Comité de Médicos para la Medicina Responsable, se reunieron con funcionarios de la agencia para analizar las medidas que deben tomarse para revertir esta tendencia con la debida rapidez. Desde entonces, hemos hecho seguimiento con información detallada adicional.
Por favor manténganse atentos y les informaremos si la agencia responde a estas inquietudes.
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