La compañía de carruajes propietaria de Jerry, lo forzó a pasar sus días acarreando turistas a través de calles peligrosas y congestionadas en el calor abrasador de Salt Lake City. Y cuando Jerry finalmente se desplomó, y estaba tan débil que no podía ni siquiera volver a levantarse por sí mismo, ataron cuerdas alrededor de él, lo arrastraron a un tráiler, lo acarrearon nuevamente hasta su establo y lo metieron dentro, subiéndolo con un montacargas. Y esto es solo el comienzo de esta triste y sórdida historia.
PETA sacó fotos del terrible calvario de Jerry y las publicó. Luego de la protesta que siguió, la compañía de carruajes envió una foto de un caballo en pie, anunciando que Jerry estaba nuevamente en pie por sus medios y en camino a su recuperación. Había solo un problema: ese caballo no era Jerry.
PETA llamó a la compañía de carruajes que, acorralada, admitió que la foto era falsa. La compañía cambió entonces la historia, afirmando que Jerry estaba plenamente recuperado y viviendo “en una granja” en un lugar no revelado. A pesar de los reiterados pedidos de la prensa, la compañía se negó a que alguien lo viera. PETA desconfiaba, entonces fijó una recompensa de $1.000 para todo aquel que diera información sobre Jerry y su paradero.
Después de que la presión pública continuara aumentando, la compañía de carruajes finalmente admitió que Jerry había muerto. Dado el historial de secretos y engaños de la compañía, PETA está ahora buscando una profunda investigación y pide que se publique la historia veterinaria de Jerry y se permita una necropsia para saber cuándo murió y qué lo mató.
Independientemente del por qué la compañía se esforzó por engañar a la gente, el desplome del pobre Jerry y su muerte son la evidencia trágica de que los caballos no encajan en las calles sofocantes y llenas de tránsito. Al igual que los animales obligados a actuar en el circo y los perros a correr por dinero, los caballos usados para jalar carruajes son granos para el molino, una fuente de ingreso. Descartable. Reemplazable.
Qué puedes hacer
La muerte de Jerry no sería en vano. El alcalde de Salt Lake City, Ralph Becker, y el Concejo Municipal están ahora examinando si los carruajes jalados por caballos deberían ser prohibidos en la ciudad. Los residentes locales están también manteniendo esta noche una vigilia por Jerry. Tómate un momento y envíale un correo electrónico al Concejo Municipal o deja un mensaje al teléfono 801-535-7600 y hazles saber a los miembros del Concejo que apoyas la prohibición, especialmente si vives en la ciudad, con comentarios educados y respetuosos.