Actualización: En respuesta a la queja de PETA sobre el uso sin escrúpulos de un procedimiento de prueba pulmonar no autorizada en al menos 21 ovejas por parte del experimentador Kurt Albertine, incluyendo un cordero que murió en consecuencia (ver más información a continuación), el Departamento de Agricultura de EE. UU. (USDA por sus siglas en inglés) ha emitido una citación a la Universidad de Utah. El USDA considera una violación grave el no divulgar todos los procedimientos realizados en animales al Comité Institucional de Cuidado y Uso de Animales de la universidad, que se encarga de garantizar el cumplimiento de las normas y directrices federales. Esta citación debería ser solo el primer paso. Ahora, la universidad debe evitar que Albertine lastime a más animales. El debería perder su financiamiento federal, así como sus llaves del laboratorio.
Nuevos documentos revelan que la Universidad de Utah ha violado repetidas veces leyes federales de bienestar animal y normas que regulan el tratamiento de animales en sus laboratorios. Según reportó Salt Lake Tribune, estos inadmisibles incidentes han causado el sufrimiento y la muerte de monos, conejos, corderos, ratas y ratones. A pesar de que los experimentadores han ignorado vergonzosamente aún las mínimas normas que ofrecen cierta protección a los animales, han eludido sanciones, y a la universidad se le ha permitido mantener los fondos de los contribuyentes despilfarrados en experimentos mal practicados que lastiman y matan animales.
Un cordero muere en un experimento sin aprobación
El 6 de abril de 2017, un cordero de 2 meses de edad fue víctima del perverso experimentador Kurt Albertine, según informes. A este bebé se lo sometió a una prueba de funcionamiento pulmonar, pero Albertine nunca tuvo la aprobación para realizar este procedimiento por parte del comité de supervisión del uso de animales de la universidad. Dicha aprobación es obligatoria para todos los experimentos. Albertine tampoco estaba autorizado a usar la droga metacolina, que puede causar arritmia cardíaca. Casi inmediatamente después de administrársele la droga, el cordero comenzó a tener dificultad para respirar, y murió. La autopsia indicó que la causa de la muerte fue un paro cardíaco. Una investigación interna posterior por la universidad reveló que al menos 20 otros corderos han sido obligados a sufrir este procedimiento experimental no aprobado.
A pesar de estas violaciones de la política de la universidad y de las regulaciones federales, a Albertine se le ha permitido quedarse con una subvención de $449.072 de dinero de los contribuyentes, que recibió de Institutos Nacionales de Salud.
Un mono es torturado y asesinado en el laboratorio de Alessandra Angelucci
El 21 de diciembre de 2015, un mono tití padeció una cirugía extenuante, altamente invasiva y una sesión de grabación neurológica, en el laboratorio de Alessandra Angelucci. El personal del laboratorio intentó durante tres horas encontrar una vena para poder insertar un catéter IV en el mono para administrarle fluidos, procedimiento estándar y a menudo simple al inducir la anestesia. Cuando no pudieron lograrlo, los experimentadores (que no son veterinarios) atolondradamente decidieron proseguir con sus planes quirúrgicos de todos modos, como remover una porción del cráneo del mono e insertar electrodos en su cerebro. Durante los períodos en que estaba despierto para la grabación neurológica invasiva, se le inyectó dolorosamente varias veces ketamina, que es lamentablemente inadecuada para el dolor, y un agente paralizante para frenar el movimiento ocular. Luego de la torturante cirugía y sesión de grabación que duró 14 horas, fue tirado dentro de su jaula, donde el personal del laboratorio informó que estaba atontado y no comía ni bebía. Murió en menos de 24 horas.
Un veterinario de PETA analizó los registros de este incidente y concluyó que el mono “sin duda alguna sufrió como consecuencia directa de los experimentadores, quienes causaron su muerte debido a la impropia administración de drogas anestésicas, falla en la administración de apoyo fisiológico apropiado durante y después de la anestesia, falla en mantener la temperatura corporal… y falla en la provisión de anestesia adecuada para procedimientos dolorosos.”
En septiembre de 2017, el USDA (Departamento de Agricultura de EE.UU.) encontró que este incidente constituía una violación “crítica” a la Ley Federal de Bienestar Animal, la violación más grave que un inspector puede identificar. Pero hasta ahora, a la Universidad se le ha permitido conservar todo el dinero federal que le fue asignado para este proyecto, a pesar de haber quebrantado la ley, haber arruinado una cirugía y asesinado a un mono por negligencia.
En solo un reciente año, los crueles experimentos de Angelucci le costaron a los contribuyentes $510.000.
Dos conejos padecen eutanasia 'prolongada' en el laboratorio de Robert Marc
Personal del laboratorio de Robert Marc planeaba matar a dos conejos colocando a cada uno en una caja y llenándolas luego con isoflurano, un inhalante comúnmente usado para inducir la anestesia. Después de 20 minutos, uno de los conejos seguía con vida sin signos de muerte inminente. Entonces decidieron matar al conejo con uretano, agente cancerígeno, claramente etiquetado “inaceptable” por las Pautas para la Eutanasia de la Asociación Americana de Medicina Veterinaria (AVMA), porque causa una muerte dolorosa y prolongada. Entonces procedieron a usar la misma técnica inhumana para matar al segundo conejo.
En solo un año de financiamiento, los experimentadores de Robert Marc recibieron $543.711 de dinero de contribuyentes.
Muerte por hielo seco y calor
Ni las ratas ni los ratones reciben protección legal bajo la Ley de Bienestar Animal (AWA). Previsiblemente, esta situación del “todo vale” crea una situación en que los experimentadores pueden descuidadamente dañarlos y asesinarlos. En una ocasión, un experimentador de la Universidad de Utah subió intencionalmente la temperatura del ambiente donde estaban los ratones a 98 grados, sin permiso del comité de supervisión de la facultad (las razones no están explicadas en el documento). Personal del laboratorio encontró a 18 ratones, albergados en jaulas abarrotadas y sofocantes, muertos por golpe de calor. En otro laboratorio en el campus, un número desconocido de ratones fueron deliberadamente asesinados con hielo seco. El gas de dióxido de carbono gradualmente desplazó al oxígeno en el contenedor en que se encontraban los ratones. Este método de eutanasia, en que los animales se asfixian lentamente, está expresamente prohibido por la política del campus y las normas de subsidios federales.
Los ratones en estos incidentes fueron usados en proyectos que recibieron un total de más de $1 millón de dólares de dinero de contribuyentes en un solo año. Si bien los experimentadores violaron normas federales y asesinaron animales de manera cruda, a la universidad se le permitió quedarse con financiación de los contribuyentes para estos proyectos.
El seguimiento al registro de maltrato de la Universidad de Utah
Imágenes de la investigación con testigo de PETA del 2009 muestra que los animales han sufrido en los laboratorios de la Universidad de Utah durante muchos años.
En agosto de 2016, el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) envió a la universidad una advertencia oficial por violar repetidas veces la Ley de Bienestar Animal. La advertencia fue motivada por un incidente en que un mono conocido solo como “112215M” fue grave y negligentemente quemado durante una cirugía. Personal del laboratorio falló en el monitoreo de la temperatura del animal durante la cirugía, resultando en quemaduras que eran tan graves, que el mono debió ser sometido a eutanasia.
Cinco años antes, la USDA había emitido otra advertencia oficial a la universidad. Esto llegó justo después de la investigación encubierta de PETA dentro de la instalación. El USDA encontró al menos nueve distintas violaciones de la Ley de Bienestar Animal, como dejar a un gatito morir de deshidratación, tener a los terneros sujetados sin poderse pararse o caminar por varios días, sin darles calmantes para el dolor adecuados y teniendo a los animales en jaulas muy abarrotadas.
La investigación de PETA reveló que la universidad estuvo comprando perros y gatos a refugios de la zona, para usar en crueles y mortales experimentos. En un caso, la universidad obtuvo a una amistosa perra llamada Sunny para usar en experimentos letales del corazón. Personal de la universidad le efectuó un escaneo para ver si la perra tenía microchip, y descubrió que pertenecía a una organización de rescate local que nunca fue contactada, y la perra fue pronto usada en un experimento y asesinada. Después de una dura y ardua campaña de PETA, la Universidad de Utah renunció a esta práctica de comprar perros y gatos en refugios cercanos para usarlos en experimentos de laboratorio.
¡Puedes ayudar a frenar esto!
PETA presentó una demanda a la USDA con respecto a estos incidentes, así como quejas a los organismos que financiaron los experimentos. Estamos pidiendo que las autoridades sancionen a la universidad y que la institución sea obligada a devolver los fondos de los contribuyentes que se les dio durante esos períodos de vergonzosas violaciones a las normas.
Si bien la presión de PETA ya ha llevado a la Universidad de Utah a realizar cambios importantes, la persistente apatía de la escuela por las vidas de seres sintientes, ha creado aparentemente una cultura de incumplimiento de las leyes de bienestar. Ya es hora de que los experimentadores de esta universidad enfrenten consecuencias reales y tangibles por sus prácticas antiéticas.
Por favor, pide que la Universidad de Utah implemente una política de sentido común que requiera que los “privilegios de uso de animales” de los experimentadores sea revocado cuando se los encuentra desviándose de su protocolo aprobado o de las leyes de bienestar animal. Demasiados animales han sufrido y muerto. Ya es suficiente. No más advertencias.