Anoche el concejo de la ciudad de Denver aprobó una ordenanza que prohíbe quitarle las garras a los gatos, reporta The Denver Post. Antes de someterse a votación, PETA envió varias alertas vía email, pidiendo a los residentes de Denver que apoyasen la propuesta. La decisión unánime del concejo hace de Denver, la primera ciudad fuera de California en EE.UU. que prohíbe la dolorosa y permanente mutilación.
Según reportes, “la elección fue muy fácil para el concejo de la ciudad,” y no resulta complicado imaginar por qué. Quitarles las garras a los gatos es doloroso y traumático, el proceso es equivalente a cortar una sección de los dedos de los humanos. Los siete puntos que se encuentran a continuación, explican por qué nunca debes quitarles las garras a tus gatos.
1. Quitarles las garras a los gatos es lo mismo que cortar un dedo humano hasta el primer nudillo.
2. Rasguñar es un comportamiento natural, saludable, e importante para los gatos.
3. Los gatos a los que les han quitado las garras a menudo se vuelven más agresivos.
4. Sus garras son la primera herramienta de defensa para los gatos.
5. Los gatos continúan sintiendo dolor mucho tiempo después de la cirugía.
6. Los gatos a los que les han quitado las garras tienen que aprender a caminar nuevamente.
7. Esto podría pasarle a tu gato:
Quitarles las garras a los gatos ya ha sido prohibido en Inglaterra y otras partes de Europa. West Hollywood, California, fue la primera ciudad de EE.UU. en prohibir el procedimiento, y muchas otras ciudades de California han seguido su ejemplo.
PETA espera que otras ciudades, estados y países también sigan rápidamente el ejemplo.
No pongas las garras de tu gato bajo el bisturí
¿Por qué someterías a alguien a quien amas, ante tanto dolor, si no lo necesita?
La respuesta es simple: ¡No deberías! Hay muchas cosas que puedes hacer para mantener a tu gato (y a sus garras) saludable. Prueba estas sugerencias:
- Corta sus uñas a menudo.
- Pon muchos objetos rascadores.
- Deja cartones y cajas por toda tu casa para que pueda arañarlas.
- Enséñale a tu gato en dónde puede arañar, y en dónde no.
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