Cuando se trata de orcas en cautiverio, el asunto es blanco y negro. Así es que dos miembros de PETA pintaron sus cuerpos de blanco y negro, y se pusieron a bordo de un carrusel de equipaje en el aeropuerto internacional de San Antonio para recordarles a los viajeros que para los animales de SeaWorld, no hay vacaciones, no hay visitas familiares ni salida.
La protesta coincide con el fin de semana de Memorial Day, en el que el parque comienza a abrir todos los días, obligando a los animales a actuar de manera continua para los visitantes.
La policía escoltó a las “orcas” hasta la salida del aeropuerto, en donde quedaron libres de irse, del mismo modo en que PETA y muchos otros partidarios de los cetáceos se han ofrecido a hacer lo propio con las 24 orcas encerradas en diminutos tanques tratados con cloro.
PETA y la empresa de juguetes Munchkin Company —la cual descontinuó el figurín de orca de su kit de baño, declarando que una tina es demasiado pequeña para una orca— han ofrecido $2 millones de dólares para construir santuarios costeros protegidos, en los cuales los animales puedan, por fin nadar, sumergirse, usar su sonar sin que este retumbe en las paredes del tanque, sentir las corrientes marinas y disfrutar de la semblanza con una vida natural. SeaWorld no aceptó la oferta.
¿Qué puedes hacer?
Los animales en cautiverio en SeaWorld ya han sufrido bastante, y el nuevo bebé de Takara merece vivir fuera de un tanque de concreto. Dile a los parques que liberen a los animales en santuarios costeros hoy mismo.