¿Es tu comida producto de una violación?

Podemos llamar a las vacas que producen leche “madres”, pero en realidad nunca llegan a ser madres porque sus bebés les son arrancados de su lado después del nacimiento. Y ciertamente no las tratamos con el respeto que las madres merecen. Las vacas y otras hembras animales en granjas industriales deben soportar ser violadas repetidas veces, y que les arranquen a sus bebés de su lado para luego matarlos a todos.

Cuando un humano es sexualmente violado a la fuerza e involuntariamente, es llamado “violación”. Cuando los animales en las granjas industriales son violados a la fuerza e involuntariamente, es llamado “inseminación artificial”. Las vacas, cerdas y pavas son rutinariamente violadas, sus cuerpos son violados a través de la inseminación artificial, sus partos son dolorosos y a menudo fallidos, y después sus bebés son arrancados de su lado, a menudo minutos apenas de haber nacido.

El verdadero núcleo de la producción industrial de animales es la reproducción. Los ganaderos explotan el sistema reproductivo femenino para mantener una afluencia regular de nuevas víctimas a quienes puedan transformar en “productos” en los estantes de los supermercados.

Sin la violación deliberada y sistémica de los cuerpos de las hembras, la industria de la ganadería se derrumbaría.

Las vacas son violadas a la fuerza y a los terneros se los deja deliberadamente huérfanos para producir leche.

Las vacas producen leche por la misma razón que los humanos: para alimentar a sus crías. Para forzarlas a producir tanta leche como sea posible, los ganaderos normalmente preñan a las vacas cada año utilizando un dispositivo llamado por la industria “potro de violación”. Para preñar a una vaca, una persona mete su brazo a la fuerza dentro del recto de la vaca para ubicar y posicionar al útero y entonces introduce a la fuerza un instrumento en su vagina. La vaca está indefensa para frenar esta violación.

Los terneros son generalmente arrancados de sus madres a menos de un día de nacidos, lo que causa un intenso sufrimiento tanto a la madre como al bebé. Se pueden escuchar a las vacas madre llamar a sus terneros durante días. Los terneros están destinados a terminar en jaulas estrechas o en comederos yermos donde serán engordados para ser carne de ternera y de res, y las terneras son sentenciadas al mismo triste destino que sus madres.

Una vaca llamada Suzie estaba por ser cargada dentro de un buque de carga hacia Venezuela cuando se dio vuelta, corrió marcha atrás por la rampa de desembarco y saltó al río. Si bien estaba preñada (o a lo mejor porque estaba preñada), logró nadar hasta el otro lado del río, eludiendo ser capturada durante varios días. Fue rescatada por PETA y enviada a un santuario.

Después de que sus terneros les son quitados, las vacas madre son enganchadas a ordeñadoras dos o más veces por día. Se usa la inseminación artificial, la ingeniería genética, los regímenes de ordeño y las drogas para forzarlas a producir todavía más leche – la vaca promedio hoy día produce más de cuatro veces la leche que una vaca en 1950 –, a pesar de los efectos perjudiciales que esto genera en sus cuerpos y en su salud.

PETA llevó a cabo una investigación con testigo en Adirondack Farms, LLC, una granja industrial láctea que les quita 20.930 galones de leche (prevista para los terneros) a aproximadamente 1.800 vacas todos los días. Un investigador de PETA documentó que un gerente le clavó un destornillador en las costillas a una vaca completamente consciente e inmóvil a la que llamó “perra estúpida” y la arrastró aproximadamente 25 pies con un montacargas.

Las cerdas son enjauladas durante toda su preñez.

La mayoría de las cerdas madre pasan todas sus vidas de adultas confinadas en estrechas jaulas de metal. Nunca sienten la caricia afectuosa del hocico de una pareja y se frustran en su deseo natural de construir un nido acogedor y cómodo. En vez de ello, están rodeadas por frías barras de metal y son obligadas a estar echadas en pisos duros de concreto cubiertos de heces.

Cuando tienen la edad suficiente para dar a luz, muchas cerdas son inseminadas artificialmente y encarceladas durante toda su preñez en “jaulas de gestación“, jaulas que tienen apenas 2 pies de ancho y son demasiado pequeñas para que puedan incluso darse vuelta o acostarse cómodamente.

Después de dar a luz, las cerdas madre son llevadas a “jaulas parideras, recintos similares a jaulas de gestación, con solo un área minúscula adicional de concreto para alojar a los cerditos lactantes. Después les quitan los bebés a las madres, los que son eventualmente llevados al matadero.

Un investigador de PETA en un proveedor de Hormel, documentó que un supervisor metió una vara en la vagina de una cerda y pateó a una joven cerda en la cara, abdomen y genitales para que se moviera, diciéndole al investigador de PETA: “Debes golpear a la perra. Hacerla llorar.”

Los pavos usados para comida han sido tan genéticamente modificados que no pueden aparearse por sí mismos.

Los pavos son criados, drogados y genéticamente manipulados para crecer tanto como sea posible y lo más rápido que sea posible para incrementar las ganancias. En 1970, el pavo promedio pesaba 17 libras en el matadero. Hoy día, los pavos pesan 28 libras. Según una publicación de la industria, los pavos modernos crecen tan rápido que si un bebé humano de 7 libras creciera al mismo ritmo, el infante pesaría 1.500 libras a solo 18 semanas de edad. Debido a que los pavos son ahora tan obesos que no pueden reproducirse naturalmente, los que nacen hoy han sido concebidos a través de la inseminación artificial.

En Aviagen Turkeys, Inc., en West Virginia, la “compañía líder mundial de crianza de aves de corral”, un trabajador fue acusado de crueldad animal después de ser captado en video sujetando a una pava en el suelo simulando violarla. Cuando fue interrogado por la policía, supuestamente admitió haber hecho esto a una decena de otros pavos. En un matadero de Butterball en Arkansas, un investigador de PETA fue testigo de cómo un trabajador introducía su dedo en la cloaca (vagina) de una pava repetidas veces.

Así que la próxima vez que vayas al supermercado, piensa en ella:

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Y en ella:

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Y en ella:

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Porque ningún feminista consumiría alimento producto de una violación. Cuando sabes más, haces las cosas mejor. Sé vegano, por las madres, las hermanas, las hijas y por todas las hembras cuyos cuerpos son explotados.

¡Aprende cómo ser vegano hoy!