Esta es la trágica historia de Takara. Nació en el SeaWorld de San Diego de padres –Kasatka y Kotar- que fueron capturados en sus aguas natales en Islandia en 1978. Kasatka, su madre, está actualmente en el SeaWorld de San Diego, y su padre, Kotar, murió cuando Takara tenía tan solo 3 años, cuando una barrera de una piscina se cerró sobre su cabeza y le fracturó el cráneo. A pesar de que las orcas en la naturaleza a menudo viven con sus madres toda la vida, Takara fue separada de su madre cuando tenía tan solo 13 años. También le arrebataron a sus primeros dos bebés: su hija Kohana vive en Loro Parque en España, y su hijo Trua vive en Florida, mientras que sus hijos más jóvenes, Sakari y Kamea, viven con ella en San Antonio. De modo que su familia está dispersa entre los tres parques de SeaWorld en Estados Unidos y España. Como puedes ver, SeaWorld no tiene ningún problema en enviar a las orcas de un lado a otro cuando así le conviene.
Takara
Takara fue inseminada de nuevo con el esperma de Tilikum y, en el 2009, mientras estaba embarazada, fue enviada a Texas, lo cual la separó de su hijo cuando éste tenía tan solo 4 años. Ella dio a luz a Sakari en el 2010.
@SeaWorld Hi, quick question: are the orcas in the photo you tweeted on the 15th Takara and Kohana? pic.twitter.com/LASELB8Tko Thanks.
— The Dodo (@dodo) 17 de enero de 2014
En diciembre del 2013, Takara tuvo a su cuarta cría, Kamea. De nuevo, fue violada a través de inseminación artificial, esta vez con el esperma de Kshamenk, quien vive solo en el parque marino de Argentina Mundo Marino.
Takara con su cría
Mientras estaba en San Antonio, Takara se hizo amiga de otra orca llamada Unna y pasó mucho tiempo con ella, pero Unna murió por una infección micótica cuando tenía tan solo 18 años en diciembre del 2015.
El 17 de marzo del 2016, SeaWorld anunció que Takara estaba embarazada con su quinta cría. Takara y su bebé por nacer no tienen que continuar en este trágico destino, y su historia no tiene por qué terminar en SeaWorld. En un santuario, ella y su quinto hijo podrían estar libres del confinamiento de un diminuto tanque de concreto y, tal vez algún día, incluso ser reunidos con sus hijos y su madre, quienes están dispersos entre los tres parques de SeaWorld en Estados Unidos y el mal afamado Loro Parque en España.
Trua flotando apáticamente en SeaWorld Orlando
