Ciego, solo y enloquecido: así era la vida de la morsa Obie, de 28 años, quien sufrió por casi dos décadas como un esclavo en cautiverio en el SeaWorld de San Diego. En junio del 2015 murió, sin haber tenido la libertad de nadar por fuera del repudiable tanque en el que fue obligado a vivir por 18 años. Este era su día a día.
Obie fue trasladado a San Diego en 1997, donde vivió como un prisionero para el entretenimiento, y SeaWorld solo valoraba su existencia mientras ayudara a vender boletos de entrada. Él pasaba sus días confinado en un tanque diminuto cubierto con una capa delgada de alga verde.
Obie enloqueció a causa de su hábitat artificial. Con frecuencia mostraba angustia sicológica, presionando su boca contra el vidrio y regurgitando y tragando repetidamente su comida. El comportamiento neurótico como éste, que es sintomático de la zoocosis, es común entre los animales silvestres en cautiverio y puede generar graves problemas de salud. Durante una inspección con testigo en SeaWorld, el actor Alfonso Herrera, junto con PETA Latino, observó a otra morsa exhibiendo un comportamiento neurótico similar.
Al igual que muchos pinnípedos en cautiverio (mamíferos con aletas en las patas, como las focas y los leones marinos), Obie sufría de ceguera. El daño ocular es común entre los pinnípedos encerrados, dado que los tanques rara vez ofrecen suficiente sombra frente al inclemente sol. Los animales a menudo son obligados a mirar directamente a la luz solar con el fin de pedir o atrapar comida. Muy probablemente, Obie experimentó irritación crónica en las membranas mucosas de sus ojos. Él mantenía los dos párpados cerrados el 90 por ciento del tiempo.
En la naturaleza, las morsas son animales altamente sociables y se congregan en grandes números. Dentro del SeaWorld de San Diego, Obie casi no tenía contacto con otros seres vivos, a excepción de la gente apática que lo alimentaba y de los turistas que lo miraban a través del vidrio. No tenía una comunidad, tenía una prisión.
Obie finalmente puede estar libre de una vida solitaria y degradante, pero muchos animales como él todavía siguen encerrados y sufriendo constantemente, tal como él sufrió durante casi dos décadas. El SeaWorld de San Diego todavía mantiene en cautiverio dentro de sus muros a una morsa llamada Seahook. Ella está ahora completamente sola enfrentando el mismo destino degradante.
SeaWorld construyó un negocio basado en el sufrimiento de animales inteligentes y sociables, a quienes se les niega todo lo que es natural e importante para ellos. Como resultado, los animales encerrados por el parque de indiversiones a menudo mueren prematuramente debido al estrés y otras causas relacionadas con el cautiverio. En la naturaleza, las morsas pueden vivir hasta 40 años, pero Obie murió 12 años antes de esa edad, después de 18 años de vivir dentro de un tanque turbio y hacinado.
Qué puedes hacer
Si te conmueve la historia de Obie, nunca apoyes a las compañías que se lucran con el confinamiento de los pinnípedos como él o de otras especies. Para todos los seres vivos que son mantenidos en cautiverio, la vida es aburrida y miserable, y éste puede dañar su salud mental y física. Todos los animales merecen algo mejor.
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