Escrito por Alanna Ramsier
Una mujer en Burlington, Wisconsin, encontró algo que cree que es un pezón todavía unido a su tajada de tocino. Ella publicó una foto del supuesto pezón en Facebook con la leyenda: “Iba a preparar un sándwich de tocino, lechuga y tomate para la cena, hasta que me di cuenta que mi tocino todavía tenía un pezón”.
La imagen se propagó viralmente, y, aunque su publicación en Facebook ha sido borrada, ha recibido casi 2 millones de visitas después de ser publicada en Reddit. Este incidente nos recuerda que el tocino –y toda la carne- está hecho con la carne de un animal viviente que puede sentir dolor, tristeza y soledad al igual que nosotros.
Debido a que la carne de los animales a menudo es procesada, cortada en tiras, molida o se le da la forma de “nuggets”, hamburguesas y otras formas no-animales, es fácil olvidar que estamos comiendo las partes del cuerpo en descomposición de otro ser que alguna vez estuvo vivo.
Los cerdos son incluso más inteligentes que cualquier animal doméstico y tienen personalidades y sentimiento únicos. Les encanta jugar y mueven sus colas como los perros. Pero en la industria comercial de carne, las cerdas mamá pasan la mayoría de su vida en jaulas de gestación que son demasiado pequeñas para que puedan incluso girarse y a los cerdos bebé los castran sin anestesia.
En el matadero, a algunos cerdos no los aturden de forma apropiada, lo que significa que a veces los arrojan en agua hirviendo, la cual ablanda su piel y retira el vello, mientras todavía están conscientes. Un matadero típico mata alrededor de 1.000 cerdos por hora.
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