Escrito por Danny Prater
Una flamenca en Busch Gardens, en la Bahía de Tampa en Florida, tuvo que ser sometida a eutanasia después de ser herida gravemente por un visitante del parque, según los reportes. Los testigos dicen que un hombre que estaba en el parque con su familia accedió a un corral, agarró al ave, llamada Pinky, y la arrojó al suelo.
El hombre fue retenido por las personas de seguridad del parque hasta que la policía de Tampa llegó y lo arrestó bajo cargos de crueldad hacia los animales. Su motivación para este retorcido acto, del cual está siendo supuestamente acusado, sigue sin definirse. Pero sí sabemos una cosa: el cautiverio no enseña compasión.
Las personas compasivas en todo el mundo están indignadas por el sufrimiento innecesario y la muerte de Pinky, pero esta historia es solamente el más reciente incidente entre muchos otros similares. A los animales en cautiverio se les niega todo lo que se asemeja a una vida natural y todo lo que es instintivo e importante para ellos.
Man accused of attacking flamingo at Busch Gardens remains behind bars https://t.co/PLGNW2RE2n pic.twitter.com/DuywremIsa
— WAVY_News (@WAVY_News) 4 de agosto de 2016
Al igual que muchos zoológicos e instituciones que se lucran al mantener a los animales en cautiverio, Busch Gardens afirma que Pinky fue utilizada “para el beneficio de los esfuerzos de conservación y de educación del parque” a lo largo de su vida, pero su muerte es una evidencia más directa del tipo de lecciones que la gente aprende cuando ve a los animales explotados que son encerrados para el entretenimiento humano.