Actualización 6 de Agosto de 2020
¡El minorista canadiense Simons confirmó que está dejando de vender pieles y dejará de venderlas por completo en el otoño! Esta victoria llega después de que más de 65.000 compradores preocupados como tú contactaron a la compañía. Gracias a todos aquellos que tomaron acción pidiéndole a Simons que dejara de vender pieles.
Lamentablemente, algunas compañías siguen vendiéndolas y necesitamos tu ayuda para presionarlas para que dejen de hacerlo.
¿Por qué querría alguien decorar su hogar o vestir ropa que contenga lana o pieles que han sido arrancados de los cuerpos de los animales? Aún así, Simons continúa vendiendo accesorios y ropa hechos de lana de angora y de pieles, a pesar de que PETA le informó cómo son maltratados los animales para obtener la angora y las pieles.
Un testigo de PETA Asia visitó granjas de conejos en China, la fuente del 90 por ciento de la angora del mundo, y encontró que los conejos gritaban de dolor y terror mientras los trabajadores les arrancaban el pelaje de su piel, una experiencia barbárica que padecen cada tres meses. A los conejos que son esquilados les amarran los pies apretadamente, y los suspenden en el aire o los estiran sobre tablas. Las afiladas herramientas para cortar inevitablemente los lastiman mientras ellos luchan por escapar. Después de varios años, a los conejos que sobreviven este maltrato repetido los cuelgan boca abajo y les cortan la garganta.
Los conejos son animales sensibles y sociables, pero en las granjas de angora son obligados a pasar su vida en jaulas desoladoras y solitarias, con pisos de alambre que les dejan los pies en carne viva, con úlceras e inflamados. En China no hay penalidades por la crueldad hacia los animales ni estándares para los conejos utilizados por la angora.
Los animales criados por sus pieles –incluyendo conejos y coyotes, los cuales Simons vende– son confinados en jaulas de alambre hacinadas e inmundas, con apenas suficiente espacio para dar un par de pasos en cualquier dirección. Los granjeros de pieles utilizan los métodos de matanza más baratos, incluyendo el romper sus cuellos, la asfixia, el envenenamiento y la electrocución anal.
Al vender accesorios y ropa hechos de lana de angora y de pelajes, Simons es cómplice en el maltrato de estos seres inteligentes, sensibles y dóciles.