“Las corridas de toros son pecado”. Ese mensaje es el llamado que las autoridades católicas necesitan, y PETA Latino se está asegurando de que no puedan presionar el botón de “posponer”.
Antes del I Encuentro Internacional de Capellanes y Sacerdotes Taurinos en Zamora, España, PETA Latino llevó a Roma el mensaje, representado en una imagen de Jesús protegiendo a un toro de un matador.
Los anuncios serán imposibles de ignorar por la Iglesia Católica, ya que el grupo colocó 100 anuncios publicitarios en toda la ciudad. También hay uno itinerante en la parte trasera de un autobús turístico, que llevará el mensaje directamente al Vaticano.
“La Iglesia predica compasión hacia todos los seres vivos; sin embargo, es cómplice en el tormento ritual y la muerte de toros perseguidos. PETA pide al Papa Francisco que condene este vil espectáculo, y hacemos un llamado a todas las personas misericordiosas para que se mantengan alejadas de las plazas de toros”.
Mimi Bekhechi, vicepresidenta de PETA U.K., Europa y Australia.
Las corridas de toros no son un ‘honor’, son repugnantes.
Cada año, los humanos asesinan a decenas de miles de toros en festivales taurinos alrededor del mundo, algunos supuestamente en honor a santos católicos. Pero, ¿los santos, reconocidos por su cercanía a Dios, alguna vez querrían este “honor”?
En una corrida de toros, los agresores a caballo clavan lanzas en la espalda y el cuello del toro, y luego otros hunden banderillas en su espalda. Estas heridas incapacitan al animal, atormentándolo con un dolor agudo cada vez que gira la cabeza y afectando su rango de movimiento.
Finalmente, cuando el toro se debilita por la pérdida de sangre y el dolor, aparece un matador e intenta matar al animal clavándole una espada en los pulmones o, si eso falla, cortándole la médula espinal con un cuchillo. El toro puede estar paralizado, pero aún puede sentir dolor mientras los hombres le cortan las orejas o la cola y se las presentan al matador como trofeo. Luego, el cuerpo del animal es arrastrado fuera del ruedo.
El Vaticano ya ha condenado las corridas de toros.
Como escribió el Papa Francisco en su encíclica Laudato Si’ de 2015, “Cada acto de crueldad hacia cualquier criatura es ‘contrario a la dignidad humana’”. Ya en el siglo XVI, el Papa Pío V, ahora canonizado, prohibió las corridas de toros, que describió como “espectáculos crueles y bajos del diablo y no del hombre” y contrarios a la “piedad y la caridad cristiana”.
La doctrina de la Iglesia Católica establece claramente que los humanos no deben “hacer sufrir o morir innecesariamente a los animales”. Sin embargo, los sacerdotes católicos a menudo ofician ceremonias religiosas en plazas de toros y atienden a los toreros en capillas del ruedo. Algunos incluso atacan a los toros en el ruedo vestidos con sotana, el atuendo tradicional usado por los funcionarios católicos.
Las corridas de toros no son esenciales ni necesarias para la fe católica, en todo caso, van en contra de ella al celebrar el pecado y la tortura.
Haz tu parte por los toros: pídele al Vaticano que prohíba las corridas de toros
Solo un momento de tu tiempo significaría todo para los toros, que los humanos aún someten a tormento y agonía por entretenimiento. Pídele al Papa Francisco que haga valer sus valores contra la crueldad hacia los animales y prohíba las corridas de toros en nombre de la iglesia.
Dile al Vaticano: ¡No más corridas de toros!