Los experimentadores de la Universidad de Wake Forest tienen un largo historial de tormento a los animales que se extiende desde sus laboratorios en EE.UU. a China, y PETA descubrió que se extendió un poco más.
PETA obtuvo recientemente fotos perturbadoras correspondientes a un reporte de inspección de noviembre de 2021 del Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) sobre un mono en Wake Forest que estaba inmovilizado en una silla de sujeción. Las fotos muestran su cuello sujeto por varas de metal y dos soportes debajo de sus brazos, pero la silla debajo de él es demasiado baja para sentarse, por lo que los experimentadores lo dejaron colgando por el cuello y las axilas.
El experimento estaba programado para durar 90 minutos, lo que significa que los experimentadores de Wake Forest tenían la intención de dejar que este mono colgara del cuello y las axilas durante una hora y media. El protocolo experimental –y la decencia común– estipula que el mono debería haber sido capaz de sentarse en la silla antes de ser sometido a cualquier curandería que se produjera, por lo que los inspectores citaron a Wake Forest por crueldad.
Durante esa misma visita, los inspectores hallaron comederos de dos cerdos cubiertos con una costra de suciedad marrón, así como una errada descripción de una cirugía ocular realizada en un cerdo que no describía los posibles riesgos quirúrgicos.
Un vergonzoso historial de sufrimiento animal en Wake Forest
Los experimentadores de Wake Forest han estado en conflicto con la ley durante mucho tiempo. En 2014, los inspectores encontraron un mono estrangulado en una jaula después de que se enredara en un dispositivo de “enriquecimiento”. Desde entonces, los inspectores descubrieron que un experimentador no capacitado había cortado cráneos de gatos e implantado hardware en sus cerebros sin limpiar los implantes como se requería.
Otro experimentador cosió el abdomen de un cerdo, pero dejó una toalla dentro del cuerpo del animal, lo que le provocó complicaciones y la muerte. Un trabajador de laboratorio no pudo manejar un conejo con cuidado y el animal murió asfixiado.
La crueldad y la ineptitud con la que los experimentadores de Wake Forest tratan a los animales han obligado al USDA a citarlos reiteradamente (incluso por lo siguiente) por no brindarles a los animales las protecciones mínimas que se les brindan en los laboratorios según la Ley federal de Bienestar Animal:
- Un experimentador no calificado fue citado por 15 incidentes diferentes relacionados con el uso de cuatro gatos en cirugías cerebrales invasivas, incluido el mantenimiento de registros lamentables y la falta de administración de analgésicos a los gatos después de abrir y extirpar parte de sus cráneos.
- Un trabajador fracturó la pierna de una coneja mientras la sacaba de la jaula, y fue sometida a eutanasia.
- Después de que dos monos incompatibles fueran imprudentemente enjaulados juntos, los animales estresados luchaban con tanta agresión que hubo que operar a ambos y requirieron varias semanas de atención veterinaria.
- Después de dejar abiertas las puertas entre dos recintos al aire libre, un mono se trasladó a un corral diferente y fue herido por otros monos, y hubo que operarlo.
- Diez ovejas quedaron afuera sin sombra en un día húmedo de 95 °F.
- Se registró un mono con hipotermia durante una anestesia de cuatro horas y vomitó en la recuperación. Sin embargo, su afección no fue informada al personal veterinario y, a la mañana siguiente, lo encontraron inconsciente en su jaula y posteriormente fue sometido a eutanasia.
- Cinco gatos fueron usados en un procedimiento experimental pero no se recuperaron como se esperaba. Los experimentadores no informaron su afección al personal veterinario, quien luego determinó que estaban experimentando dolor y estaban en estado de shock.
La tortura del ‘lugar negro’ de Wake Forest en el extranjero
Previamente, PETA había expuesto a la experimentadora de Wake Forest, Carol A. Shively, quien inicialmente informó que usó dinero de una subvención federal para financiar métodos de tortura estilo “lugar negro” de la CIA en monos en China, un país con leyes laxas de protección animal. Supuestamente para estudiar las enfermedades mentales en humanos, los experimentadores lanzaban cañones de agua a los monos, los bombardeaban con sonidos de martillo neumático, los enceguecían con luces estroboscópicas y les aplicaban descargas eléctricas a través de sus pies.
Qué puedes hacer
En 2021, Wake Forest recaudó más de $123 millones en dinero de los contribuyentes federales, pero es incapaz o no está dispuesta a cumplir con las regulaciones y pautas mínimas de bienestar animal. La insensibilidad e incompetencia de la escuela causan un dolor casi inimaginable a los animales. Es hora de que Wake Forest abandone el negocio de la tortura animal y se involucre en el negocio de mejorar la salud humana adoptando métodos de investigación sin animales y relevantes para humanos.
ACTÚA AHORAPuedes unirte a los miles de seguidores de PETA que ya le han pedido al Congreso que deje de derrochar dinero de los contribuyentes en experimentos crueles e inservibles en animales y, en su lugar, se aboque a métodos de investigación modernos sin animales.
AYUDA A LOS MONOS EN LABORATORIOS