Pringles, la conocida marca de papas fritas apilables, ha anunciado que añadirá leche a varios de sus sabores veganos, incluidos Smokey Bacon, Paprika y Texas BBQ Sauce, para estandarizar la receta en toda su gama de productos para “ayudar a controlar alérgenos” y “ahorrar costos”. Esto es indignante dado que la mayoría de los humanos es intolerante a la lactosa, la industria láctea es cruel con las vacas y devastadora con el medio ambiente y la salud humana.
El número de veganos está aumentando rápidamente, por eso es sensato mantener los sabores libres de leche. Un estudio de 2020 reveló que la cantidad de estadounidenses que comen alimentos veganos se había incrementado en un 300% en los últimos 15 años y aumentó un 360% en el Reino Unido durante la década anterior. Añadir leche a los Pringles también sería perjudicial para los 30 a 50 millones de estadounidenses que son intolerantes a la lactosa: el 80% de la gente negra y estadounidenses nativos americanos, así como más del 90% de los asiático-americanos, son intolerantes a la lactosa. Y la intolerancia a la lactosa no solo afecta a los estadounidenses: se estima que el 65% de la población humana tiene una capacidad reducida para digerir la lactosa después de la infancia.
Las vacas son seres sensibles e inteligentes que aman a sus familias, tienen sus propios gustos y aversiones, y sienten dolor y alegría, al igual que todos los otros animales. Las explotadas en la industria láctea son inseminadas a la fuerza, les quitan a sus bebés y finalmente las envían al matadero. Se les niega todo lo que es natural e importante para ellas.
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