Cuando la infame torturadora de monos, Elisabeth Murray, no está dañando de modo permanente el cerebro de monos inteligentes y sensibles en experimentos inservibles en los Institutos Nacionales de Salud (NIH), puede estar descansando junto a la piscina en su nuevo condominio de más de $800,000.
La residencia, un refugio arbolado y sereno, se ve muy diferente a las habitaciones estériles de bloques de cemento sin ventanas e iluminadas con luces fluorescentes en su laboratorio, donde los monos con los que experimenta viven en su mayoría solos dentro de jaulas desoladas.
Como si la descarada hipocresía no fuera lo suficientemente enloquecedora, mira esto: el salario que Murray gana por sus torturantes experimentos ($250,000 por año, según registros públicos) se financia con tus impuestos.
A diferencia de Murray, cuya residencia ofrece senderos pintorescos, canchas de tenis, una piscina y más, los monos que confina en su laboratorio están enjaulados solos dentro de celdas inhóspitas durante años o incluso décadas. Se les niega espacio para deambular, la posibilidad de socializar con otros de su especie y todo lo que es natural e importante para ellos.
Los monos en el laboratorio de Murray no pueden volver a sus casas en un oasis acogedor y relajante; de hecho, las condiciones que padecen son tan estresantes que los registros muestran que giran y caminan frustrados de un lado a otro e incluso se arrancan su propio pelo.
Dentro de su laboratorio, Murray les corta la cabeza a los monos, serrucha una parte de sus cráneos e inyecta toxinas en sus cerebros, antes de encerrarlos dentro de una pequeña jaula de metal y aterrorizarlos deliberadamente con serpientes y arañas falsas, pero de apariencia realista.
No toleres la crueldad de Murray: ¡ayuda a cerrar su laboratorio de tormento de monos!
Es claro que Murray vive cómodamente, pero los monos también merecen lo mismo. Piensa en Beamish, quien ha estado confinado en su laboratorio durante casi 11 años, principalmente en confinamiento solitario.
Los monos como Beamish son muy sociales y establecen vínculos duraderos y significativos con otros miembros de su especie. Ayúdalo a él y a otros monos que sufren en el laboratorio de Murray ayudándonos a cerrarlo:
Ayuda a cerrar el laboratorio de Elisabeth Murray