Es espantoso y alarmantemente revelador que la Universidad de Washington (UW) contratara a Michele Basso para dirigir el turbulento Centro Nacional de Investigación de Primates de Washington (Washington National Primate Research Center WaNPRC), que ha estado sin director durante casi 18 meses. Basso es tristemente conocida por ser uno de los pocos experimentadores universitarios a quienes se les suspendio el uso de animales por haber incurrido en graves violaciones al bienestar animal.
Su desempeño en la Universidad de Wisconsin estuvo marcado por fuertes controversias sobre la cantidad de monos que murieron en sus estudios, su negativa para cumplir con las regulaciones o adherirse a los protocolos experimentales y su aparente incompetencia.
Como escribió el rector de la Universidad de Wisconsin en un memorando enviado a todos los profesores el 19 de marzo de 2010: “La Dra. Michele Basso … ha sido citada por los comités universitarios de cuidado de los animales por varios problemas en un período de cinco años y medio. A pesar de los reiterados esfuerzos y una advertencia inequívoca de … ACUC [Comités de Uso y Cuidado de Animales] de la Escuela de Medicina y Salud Pública, los problemas se repitieron”.
Los desorganizados experimentos cerebrales en monos de Basso
Los experimentos de Basso implican cortar la parte superior de los cráneos de los monos, insertar electrodos en sus cerebros e implantar minúsculas bobinas de alambre en sus ojos. Los ata a una silla de sujeción y los fuerza a mirar una pantalla todo el día, además de mantenerlos sedientos para que cooperen a cambio de un sorbo de agua.
Los “problemas” de Basso en el laboratorio de Wisconsin, escribió el veterinario tratante, fueron que ella “tenía dificultades significativas con el modelo de explante craneal, muchas más que otros investigadores que usan el mismo modelo en la misma unidad de cuidado animal con el mismo personal veterinario … incluyendo su imposibilidad de seguir instrucciones explícitas y reticencia para permitir necropsias de los animales que mueren … Ha habido varios casos de abscesos cerebrales comprobados o sospechosos, y varios eventos con tornillos que penetraron en la duramadre, provocando hemorragias o abscesos. Los animales han quedado sin atención durante horas en condiciones riesgosas … Los registros médicos a menudo están incompletos o son inaccesibles … Recientemente se descubrió que [Basso] ha estado insertando materiales sin esterilizar en el tejido cerebral”.
Autoridades de la Universidad de Wisconsin eventualmente la dejaron regresar a un laboratorio de animales, pero solo bajo una mayor supervisión. Esto aparentemente era demasiado limitante para ella, entonces trasladó sus crueles experimentos a la Universidad de California en Los Ángeles, donde activistas locales de Progress For Science han protestado por sus experimentos de cortes de cráneos.
El nombramiento de Basso representa más sufrimiento para los monos en los laboratorios de la UW
El historial de desprecio de Basso por las regulaciones de protección animal debería descalificarla para dirigir cualquier laboratorio con animales en cualquier lugar, pero especialmente en el WaNPRC, que tiene su propio historial grande de violaciones al bienestar animal.
Los reportes de inspección federal revelan que los monos sufren allí debido a la incompetencia y negligencia. Monos estrangulados, muertos de sed, mutilados por otros animales y asfixiados con su propio vómito.
Los documentos internos obtenidos por PETA revelan que, en un período reciente de ocho meses, el centro financiado con fondos federales tuvo que tratar la abrumadora cantidad de 332 lesiones traumáticas (incluyendo fracturas de extremidades y dientes), más de 200 casos de problemas gastrointestinales, 149 casos de pérdida de peso significativa, 19 casos de prolapso rectal y una decena de anomalías en los implantes.
La UW debería reconsiderar esta contratación de inmediato y tener un comportamiento aceptable. Hay que mantener a Basso lo más alejada posible de los monos.