Tras descubrir informes condenatorios que documentan violaciones crónicas de las disposiciones federales sobre bienestar animal en el Brigham and Women’s Hospital (BWH) como tirar ratones bebés vivos en un refrigerador, dejar morir de hambre a ratones y realizarles cirugías sin analgésicos adecuados, PETA le está pidiendo al Departamento de Policía de Boston que investigue al hospital por crueldad hacia los animales y que responsabilice a todo el personal involucrado.
Brigham and Women’s Hospital: mutilación, tormento y muerte de animales por falta de comida
La ley de Massachusetts prohíbe que los animales sean “privados del sustento necesario”, atormentados, asesinados o “sometidos a tortura, sufrimiento o crueldad innecesarios de cualquier tipo”. La larga lista de horrores que PETA encontró, por vía de una Ley de Libertad de Información, se parece mucho a crueldad y sufrimiento:
- Experimentadores realizaron cirugías en una oveja y varios ratones sin administrarles analgésicos adecuados (alivio para el dolor).
- Experimentadores realizaron cirugías en ovejas, pero no les dieron antibióticos como se requería.
- El personal no realizó la eutanasia oportuna de múltiples animales que padecían o agonizaban.
- Diecinueve ratones fueron encontrados muertos después de que miembros del personal no pudieran anticipar las consecuencias conductuales de un experimento, en el cual los animales se volvían “más agresivos de lo esperado”.
- En múltiples ocasiones, el personal no suministró comida a los animales, lo que causó que varios animales murieran de hambre.
- Un experimentador, que no había completado la capacitación necesaria, mató cuatro ratones mientras los sometía a un procedimiento quirúrgico.
- Después de que un experimentador les inyectó una sustancia no aprobada a varios ratones, 12 desarrollaron úlceras y se les tuvo que practicar la eutanasia.
- Experimentadores sometieron a varios ratones a una cirugía y colocaron una compresa sobre la incisión quirúrgica, lo cual “interfirió con la capacidad de los animales para acceder a la comida y el agua”. Siete ratones fueron hallados agonizando y posteriormente hubo que practicarles la eutanasia.
- Cuatro ratones murieron y a uno más se le tuvo que aplicar la eutanasia cuando miembros del personal no se dieron cuenta de que algunos estaban atrapados en la parte superior de un objeto para enriquecimiento ambiental, a algunos los dejaron “encima de un dispensador de comida” y otro tenía la cola atrapada entre la jaula y la tapa.
- Trece ratas murieron porque los experimentadores descuidaron el monitoreo y no notaron que el equipamiento del laboratorio fallaba.
- Dejaron languidecer a varios ratones y ratas más allá de los criterios de valoración humanitarios especificados, habiendo padecido más dolor y angustia.
Estas son solo algunas de las violaciones que encontramos. Al permitir el tormento y el sufrimiento de animales vulnerables en sus laboratorios, parece que el personal del laboratorio del BWH puede haber violado la ley de Massachusetts. Es por eso que PETA le está pidiendo al Departamento de Policía de Boston que tome las medidas pertinentes de inmediato.
Los ratones, las ratas y otros animales no son nuestros para usar en experimentos primitivos
No hay excusa para que los laboratorios utilicen ratones y ratas, animales sociales y con apego a la familia, en experimentos. A diferencia de modelos de computadora de vanguardia y la investigación que utiliza células humanas –métodos descritos en el Acuerdo de Modernización de la Investigación de PETA–, los experimentos en roedores son crueles e ineficaces. Debido a que las pruebas en ratones y ratas, quienes están en ambientes estresantes de laboratorio, arrojan tan poca luz sobre la forma en que los tratamientos afectarán a los humanos, incluso el jefe de la Sección de Investigación sobre Tuberculosis del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas dijo: “Si miramos al ratón para simular cada aspecto de la enfermedad en el hombre y crear curas, estamos perdiendo el tiempo”.
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