Cuando el huracán María azotó Puerto Rico en 2017, dejó una estela de destrucción sin precedentes –inundó hogares, despedazó techos, derribó árboles como si fueran cerillos, bloqueó carreteras y dejó sin electricidad y agua a millones de personas. Durante más de una semana, no hubo vuelos comerciales ni barcos dispuestos a llevar pasajeros a la isla. Así que PETA luchó contra todos los obstáculos –gracias a la generosidad de un miembro– y contrató un vuelo chárter a Puerto Rico en cuanto las autoridades nos permitieron la entrada.
Nuestro equipo de rescate llegó directo a trabajar, recogiendo animales traumatizados y heridos de hogares abandonados y vecindarios devastados, y transportándolos a clínicas veterinarias para ser atendidos. Entregamos alimento para mascotas y otros suministros, y ayudamos a retirar árboles y a limpiar el desastre que dejaron los vientos de 155 mph y el oleaje de 9 pies de altura. También asistimos a refugios muy sobrecargados trabajando en la recuperación, reparando estructuras dañadas, limpiando jaulas y transportadoras, paseando perros y ofreciendo alimento fresco y agua a cientos de animales.
Después de pasar dos semanas en Puerto Rico, nuestro equipo identificó a 11 de los perros más vulnerables y los trajeron de regreso a Virginia para recibir atención veterinaria adicional y tener la oportunidad de ser adoptados.
Mira algunas de sus alentadoras historias, pero te advertimos que te conmoverán.
Pedro
Cuando encontramos a Pedro encogido de miedo en un refugio de animales azotado por la tormenta, la hinchazón de la pierna del asustado cachorro triplicaba su tamaño normal debido a una herida que no había sido tratada cuando tenía solo semanas de vida. El equipo de PETA lo llevó de emergencia a un veterinario local para recibir tratamiento inmediato, que continuó después de su adopción por un exempleado de PETA. Según su nuevo guardián, jamás supondrías que alguna vez tuvo una pierna inmovilizada al verlo correr pelotas de tenis y liderar la manada dando vueltas por el parque de perros.
Dolly
El equipo de PETA encontró a Dolly acurrucada atrás de una pequeña y sucia jaula en la que había vivido durante más de siete años. La llevamos a un veterinario que le diagnosticó helminto (gusanos intestinales) y erliquiosis, una infección bacteriana que puede causar debilidad, dificultad para respirar, pérdida del apetito y cosas peores. Un miembro de nuestro equipo de rescate se enamoró de la dulce y tímida perrita, así que se llevó a Dolly a casa con ella. Si bien al principio demostraba timidez e inquietud, pronto estableció vínculos con su nueva guardiana y sus nuevos hermanos, un canino y un conejo.
Chiquita
El equipo notó inmediatamente que Chiquita era dulce como un postre. Al llegar a Virginia, la trasladaron al SPCA de Virginia Beach, donde fue adoptada rápidamente. Esto es lo que dice su nueva familia sobre ella:
“[Ella] es la perrita más increíble … Nosotros la adoramos y toda la gente que la conoce también. Ella los quiere también, adultos y niños por igual”.
Stephen
Que no te engañe el pequeño tamaño de Stephen, mide 10 pies de altura. Tan pronto vio a nuestro equipo acercarse al refugio de animales, corrió a la puerta con todos los perros grandes, ¡a pesar del peligro de ser pisoteado por grandes pies! Al llegar a las oficinas centrales de PETA en Norfolk, Virginia, fue adoptado casi de inmediato. Ahora tiene una hermana canina llamada Nana, quien lo ama y lo sigue por todos lados para acurrucarse con él. Aunque no tiene pelaje en la espalda –lo cual sospechamos se debe a la cicatrización causada por la exposición constante al sol abrasador de Puerto Rico– su piel ha mejorado muchísimo gracias a muchos baños calmantes de avena.
Portero
Portero recibió ese nombre porque siempre estaba en la puerta del refugio, saltando con la esperanza de que alguien lo llevara a casa. Si bien el origen de su nombre es desgarrador, su nueva vida con un miembro del equipo de rescate de PETA no tiene nada de triste. Según su guardián, Portero es el amigo perfecto. Siempre está dispuesto a ir de aventuras, desde caminar por la montaña hasta correr por las playas, o simplemente acurrucarse en la cama (desde luego, esa es su actividad favorita). ¿Tienes una mano libre? Asegúrate de acariciarlo. Como si su historia de éxito no fuera suficiente, su hermana canina Edith, también tiene una alentadora historia que contar.
Cómo puedes ayudar a los animales en tiempos de crisis
El apoyo al Fondo de Emergencia Animal de PETA posibilita nuestra rápida respuesta cuando desastres como el huracán María ponen a los animales en peligro. Haz clic en el botón para conocer más sobre cómo hacer un donativo hoy mismo.
APOYA LA IMPORTANTE LABOR DE PETA POR LOS ANIMALES