En un intento mezquino y desesperado de desestimar la denuncia de PETA sobre los experimentos horribles e inútiles en monos y otros animales del Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH por sus siglas en inglés), el director Joshua Gordon ha acusado a cualquiera que critique estos experimentos de estigmatizar a los humanos con enfermedades mentales. Nada más lejos de la verdad. Como psiquiatra, Gordon debería comprender el significado del término “proyección”; es el mismo Gordon quien está ignorando la ciencia y usando a los seres humanos con enfermedades mentales como excusa para justificar un comportamiento antiético y nada científico.
Estos son los hechos:
La Organización Mundial de la Salud estima que alrededor de 400 millones de personas en todo el mundo viven con enfermedades mentales. Para muchos de ellos, los tratamientos disponibles actualmente son inadecuados. A pesar de recibir miles de millones de dólares de dinero de impuestos, el NIMH continua sin desarrollar nuevos tratamientos para las personas que padecen enfermedades mentales. ¿Por qué? Porque Gordon y el NIMH se niegan a abandonar los obsoletos e ineficaces “modelos” animales de enfermedades mentales en humanos.
Expertos en salud mental concuerdan: “modelos” animales de enfermedades mentales humanas no funcionan
Cada vez más expertos en salud mental concuerdan en que los miles de millones de fondos federales y las incontables horas que han sido empleadas en experimentos en animales están obstaculizando el progreso en el tratamiento de condiciones de salud mental. En un editorial en The British Journal of Psychiatry, ex asesores del NIMH criticaron al instituto por asignar —asombrosamente— poca ayuda financiera (solo 15% del presupuesto en 2012) para servicios e intervenciones (psicológicas) que ayudarían directamente a los humanos con enfermedades mentales, tales como “el desarrollo de intervenciones sustentables para superar la desigualdad en el acceso a tratamientos y resultados efectivos; la creación de tecnologías y estrategias de implementación para difundir intervenciones expansibles y costo-efectivas; el diseño de enfoques para empoderar a las personas para que venzan las barreras que impiden la participación y permanencia en un tratamiento y el uso de intervenciones preventivas para reducir la carga de las enfermedades mentales, incluyendo información sobre cómo implementar mejores prácticas en la prevención del suicidio”.
Dos exdirectores del NIMH se han pronunciado desde que se fueron del instituto:
Los antidepresivos, fármacos antipsicóticos y benzodiazepinas recién descubiertos fueron utilizados para desarrollar cribaje o detección precoz en animales, con el objetivo de identificar nuevos candidatos a fármacos. Se reconoció que las pruebas de detección basadas en fármacos existentes podrían no identificar nuevos mecanismos terapéuticos y, desafortunadamente, este riesgo ha sido totalmente confirmado… Más problemático es el hecho de que estos despistajes o cribajes ocasionalmente han usurpado modelos de enfermedades en publicaciones académicas, así como en el sector, a pesar de la escasa evidencia que la corrobora. En las pruebas de suspensión de cola y nado forzado ampliamente utilizadas, por ejemplo, un compuesto es considerado antidepresivo cuando, comparado con un control, hace que una rata o un ratón continúe nadando o luchando activamente por más tiempo. Las pruebas de nado forzado y suspensión de la cola ni siquiera demuestran la acción terapéutica de los antidepresivos, porque en este cribaje de roedores, una sola dosis del antidepresivo actúa, mientras que, en pacientes deprimidos, los fármacos antidepresivos requieren semanas de administración para ejercer un efecto terapéutico.
—Steven E. Hyman, M.D., Director del NIMH, 1996–2001
Pasé 13 años en el NIMH impulsando realmente la neurociencia y la genética de los desórdenes mentales y, cuando miro atrás, me doy cuenta de que si bien pienso que logré publicar muchos artículos realmente interesantes de científicos geniales a costos bastante elevados —creo que $ 20 mil millones— no creo que hayamos logrado cambios significativos en la disminución de suicidios, disminución de hospitalizaciones y la recuperación de las decenas de millones de personas que padecen enfermedades mentales. Me hago responsable por eso.
—Tom Insel, M.D., Director del NIMH, 2002–2015
Durante la última década, las compañías farmacéuticas han dejado en gran medida de descubrir fármacos neuropsiquiátricos debido a las altas tasas de fracaso de los nuevos fármacos en esta área. Los profesores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale, Valentin K. Gribkoff, Ph.D. y Leonard Kaczmarek, Ph.D., declararon lo siguiente:
[Una] razón común para el fracaso es la falta de modelos animales que tengan validez predictiva (predigan la eficacia en humanos) a pesar de tener algún grado, quizás incluso un alto grado, de validez aparente (recreando el fenotipo de la enfermedad o estando relacionado de forma mecánica con la enfermedad). Probablemente esta es la razón que se menciona con más frecuencia para explicar el fracaso de los fármacos para el SNC [sistema nervioso central] en la clínica. Ya sea que el fracaso resulte de un modelo inadecuado de la enfermedad o de una mala extrapolación de los resultados del modelo en el diseño de estudio clínico, esto es clave, quizás incluso resaltante, en la investigación traslativa o traslacional del SNC. [Énfasis añadido.]
Esto es profundamente preocupante. Los pacientes humanos están siendo privados de servicios e intervenciones y pocas empresas están interesadas en desarrollar nuevos tratamientos para mejorar la calidad de sus vidas y, posiblemente, salvarlas.
Los experimentos sobre enfermedades mentales que se hacen en animales tienen fallas de diseño. Se están creando nuevos tratamientos dirigidos a las vías o rutas moleculares cerebrales cada vez más específicas y, mientras que otros animales experimentan emociones y necesidades igual que los humanos, en estos detalles es que más nos diferenciamos y son los que más importan cuando se trata de tratamientos.
Infligir dolor y sufrimiento intencionado en animales vulnerables
Además de la falta de aplicación de los “modelos” neuropsiquiátricos animales a la condición humana, los animales utilizados en estas investigaciones sufren inmensamente. Para inducir “depresión”, los experimentadores los someten a un dolor incontrolable a través de descargas eléctricas o factores de estrés crónicos, como la inmovilización por períodos prolongados de tiempo, ponerlos a pasar hambre o negarles el agua, inclinar sus jaulas, obligarlos a vivir sobre paja húmeda, agitarlos o interrumpir sus ritmos circadianos. A menudo, los animales son forzados a vivir aislados por completo de los miembros de su propia especie, hostigados y agredidos físicamente por otros animales, privados del cuidado de sus padres y sometidos a manipulaciones genéticas o quirúrgicas en un intento de inducir un estado mental deprimido o alterado.
Investigadores básicos progresistas ya están utilizando métodos más humanitarios para estudiar las enfermedades mentales, y para el descubrimiento de fármacos, como el uso de células humanas, que pueden sintetizar las complejas firmas genéticas de las enfermedades humanas que los experimentos en animales no pueden, o avanzados modelos informáticos (modelos in silico) que utilizan datos de humanos. (Para ver más ejemplos, lee la p. 28 del Acuerdo de Modernización de la Investigación de PETA).
NIMH: carbón en un mundo cada vez más solar
En lugar de realizar los cambios reales necesarios para ayudar a las personas con enfermedades mentales, el NIMH simplemente ha decidido ignorar las inquietudes de los científicos y los defensores de los animales. Continúa usando dólares de los contribuyentes, que recibe para investigaciones sobre salud mental, para infligir daño cerebral a los monos y asustarlos con serpientes y arañas de goma, colgar a los ratones boca abajo por sus sensibles colas u obligarlos a nadar por temor a ahogarse y aplicar descargas eléctricas en los pies de los animales, mientras están atrapados en una jaula de la que no pueden escapar.
PETA se opone a todas las formas de explotación: capacitismo, etarismo, clasismo, homofobia, racismo, sexismo, especismo, transfobia y xenofobia. Somos un conjunto de personas que, como la mayoría de la población humana, han cuidado de seres queridos con enfermedades mentales o han vivido con ellos. Nuestro compromiso con la justicia para todos es la razón por la que nosotros, junto con expertos en el campo, rechazamos la falsa afirmación de Gordon de que los primitivos experimentos en animales son esenciales para encontrar tratamientos para estas condiciones.
Gordon defiende la experimentación animal inútil porque enfrentar la realidad arruinaría el trabajo de su vida, que incluye someter a los animales a descargas eléctricas, privarlos de comida y agua, y mucho más en intentos de estudiar la salud mental humana. Para un artículo que publicó poco después de convertirse en director del NIMH, se frotaron las colas y vaginas de ratonas jóvenes con orina de ratones y los animales fueron colocados en jaulas con machos más grandes y agresivos para que fueran atacados. Fueron alojados junto con su agresor, separados únicamente por una división, por el resto de ese día. Se encontraron con un nuevo atacante todos los días durante 10 días.
Como PETA ha aclarado en múltiples comunicaciones a Gordon y sus colegas, nuestras preocupaciones están basadas en el financiamiento continuo de un proyecto que causa daño cerebral en monos y que ha durado más de tres décadas, le ha costado decenas de millones de dólares al NIMH y ha infligido dolor y sufrimiento considerables, incluyendo una profunda angustia psicológica, a cientos de monos, pero no ha tenido ningún impacto significativo en la vida de las personas con enfermedades mentales.
No experimentaríamos en humanos que, por su nivel intelectual o presencia de enfermedad mental particular, no pudieran dar su consentimiento para experimentar en ellos. Es especista no aplicar este principio también a otros animales. Cualquiera que afirme preocuparse por el sufrimiento de los seres humanos con enfermedades mentales debería, por la misma razón, oponerse a la generación deliberada de un sufrimiento igual o similar en otros animales.
Qué puedes hacer
Por favor insta a Gordon a acabar con los crueles e inútiles experimentos en animales del NIMH a favor de investigaciones que podrían ayudar realmente a millones de humanos que padecen enfermedades mentales.
ACTÚA AHORA