1. Cruelmente confinados
En la naturaleza: Los elefantes son animales migratorios que caminan hasta 30 millas al día.
En cautiverio: Los elefantes son encadenados y obligados a permanecer en el mismo lugar durante horas y a veces incluso varios días. A la hora de viajar, son transportados en remolques pequeños, sucios y mal ventilados por un promedio de 26 horas, pero en ocasiones hasta por 100 horas consecutivas.
2. Golpeado y abusado
En la naturaleza: La piel de los elefantes es extremadamente sensible, de hecho es tan sensible que pueden sentir incluso algo tan pequeño como una mosca posarse sobre ellos. En la naturaleza, crean herramientas para mantener a las moscas fuera de sus espaldas.
En cautiverio: Los elefantes son brutalmente golpeados y pinchados con bullhooks. El extremo afilado del bullhook es encajado en el tejido blando detrás de las orejas, dentro del hocico o en puntos sensibles alrededor de los pies y debajo del mentón. El otro extremo del bullhook se utiliza como una macana para golpear a los elefantes.
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Con el fin de mostrarles quién “está a cargo”, los entrenadores infligirán dolor a los elefantes aun cuando los animales no hayan hecho nada malo.
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3. Soledad y nostalgia por sus madres
En la naturaleza: Los elefantes viven en un sistema familiar matriarcal. Las hijas permanecen con sus madres toda su vida, mientras que los hijos permanecen con ella hasta su adolescencia.
En cautiverio: Los bebés elefantes, algunos de los cuales aún están lactando, son capturados al estilo de los rodeos con sus cuatro patas atadas y son arrancados traumáticamente de sus madres. De ahí en adelante, son mantenidos separados el uno del otro.
4. Sin amor ni amistad
En la naturaleza: Los elefantes viven en manadas con estructuras sociales complejas.
En cautiverio: Arrancados de sus familias y privados de participar en interacciones sociales normales, los elefantes se vuelven disfuncionales, deprimidos y agresivos.
5. Esclavizados y deprimidos
En la naturaleza: Los elefantes son mamíferos de gran inteligencia con vidas emocionales plenas. Demuestran muchos signos de empatía, ira, alegría y tristeza.
En cautiverio: Los elefantes son obligados a suprimir sus comportamientos naturales y están sujetos al capricho de sus entrenadores.
A Ringling Bros. y a otras compañías les gusta transformar a elefantes curiosos, energéticos y felices en acróbatas torturados y mentalmente desequilibrados, obligados a hacer trucos crueles para un público que estaría horrorizado si supiera lo que sucede detrás del escenario.
Si quieres ayudar a este elefante, que ha sido arrebatado de su madre y golpeado con un bullhook solo para aprender a sentarse cuando se le ordena …
… y a este elefante, que es atado y arrastrado como parte del “entrenamiento” …
… y a estos elefantes, que son encadenados, obligados a estar parados por horas sobre el duro cemento y condenados a una vida de depresión y maltrato …
… por favor, no apoyes a circos que utilizan elefantes – o cualquier animal – y comparte esto con todas las persona que conozcas.