Los animales no deberían sufrir y morir solo para que la gente pueda drogarse.
Ese fue el mensaje que PETA, la Sociedad Anti-vivisección de Nueva Zelanda, la SPCA, Save Animals from Explotation, el santuario Helping You Help Animals y 45.000 personas que firmaron una petición en línea presentaron al gobierno de Nueva Zelanda. Y hoy, el Parlamento estuvo de acuerdo.
Drogas recreativas producidas sintéticamente se estaban vendiendo en las tiendas hasta que el gobierno anunció que todos los narcóticos tendrían que ser retirados hasta que los fabricantes presentasen los resultados de las pruebas que demostrasen que sus productos eran seguros. Inicialmente, se permitió llevar a cabo los experimentos en todas las especies de animales, pero el entonces primer ministro John Key dijo que el gobierno permitiría a las empresas realizar pruebas únicamente en ratas. Pero estos pequeños animales tenían más amigos que los que el primer ministro había advertido.
En medio del furor que se desató sobre la posibilidad de que animales fuesen sometidos a experimentos dolorosos y asesinados por drogas recreativas, activistas de Nueva Zelanda contactaron a PETA, dado que tenemos más científicos trabajando en temas de experimentación animal que cualquier otra organización de protección de los animales en el mundo. Nuestros científicos proporcionaron información detallada sobre los múltiples métodos probados que no utilizan animales que los fabricantes podrían utilizar para probar las drogas para la seguridad humana.
Al Primer Ministro Key le tomó poco más de una semana cambiar de opinión. Anunció que el Consejo de Ministros había decidido que los fabricantes no podían experimentar en ningún animal. Y hoy la propuesta del gobierno de prohibir todos los ensayos para drogas recreativas en animales fue aprobado por el Parlamento de Nueva Zelanda.
¡Una vez más la buena ciencia y la buena ética han prevalecido!