Si alguna vez tuviste un frasco Mason en tus manos, es probable que reconozcas el nombre de su fabricante más famoso, Ball Corporation. Gracias a PETA, este gigante multibillonario de envases para alimentos y bebidas listado en Fortune 500 dejará de financiar experimentos horrendos en los cuales los animales son aplastados, paralizados, abiertos, drogados o electrocutados.
Aunque ahora otra compañía fabrica los mundialmente famosos frascos Mason bajo el nombre de Ball, Ball Corporation sigue siendo el mayor fabricante del mundo de envases reciclables de metal para alimentos y bebidas, suministrando envases para Coca-Cola, Pepsi, Budweiser, Coors y muchas otras marcas conocidas. También es uno de los cuatro “Socios Platino” (el nivel más alto de sociedad) con Wings for Life, una organización benéfica cofundada por el fabricante líder de bebidas energéticas, Red Bull, que financia numerosos experimentos crueles, mortales y científicamente irracionales de lesiones de la médula espinal en animales.
A principios de este año, PETA instó a Ball a poner fin a su apoyo a las pruebas con animales a favor de métodos sin animales más eficaces, éticos y económicos, un protocolo que muchas compañías mundiales de alimentos y bebidas han adoptado.
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Junto a tres destacados expertos en medicina y médula espinal, recopilamos y compartimos con Ball un montón de evidencia científica que demuestra que los experimentos en animales que la compañía estaba ayudando a financiar son abusivos y no beneficiosos para la salud humana. Debido a vastas diferencias fisiológicas entre especies, el único medicamento disponible para las lesiones de la médula espinal ha sido probado en numerosos animales y ha dado resultados drásticamente variables. Casi el 96% de los medicamentos que son seguros y eficaces en animales terminan fallando en ensayos clínicos en humanos, desperdiciando tiempo y dinero.
Después de comparar la sólida evidencia científica que presentamos con los pretextos ofrecidos por Wings for Life que fracasaron en justificar estos experimentos, Ball estuvo de acuerdo con PETA, y los animales ganaron. En una carta, Ball nos escribió:
“Ball Corporation ha revisado su solicitud y adoptará una política que indica que la compañía no financiará, conducirá o encargará ninguna prueba en animales a menos que la ley explícitamente así lo requiera”.
¡Victoria! Y eso no es todo.
Ball es el primer socio de financiamiento de Wings for Life en distanciarse de los impactantes experimentos en animales de la organización. Esto significa que el primer dominó importante ha caído en el recorte de fondos para esos experimentos, empujando a Wings for Life a adoptar métodos de investigación sin animales más eficaces, éticos y económicos.
Solo en pruebas publicadas desde el año pasado y financiadas por Ball y otros a través de Wings for Life, los experimentadores lesionaron y mataron a más de 4.700 animales. En una de estas pruebas obscenas, los experimentadores insertaron electrodos en los músculos de una mona, la obligaron a realizar tareas estresantes, le abrieron la columna, le insertaron electrodos en su médula espinal y electrocutaron sus nervios antes de matarla.
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En otras pruebas patrocinadas por Wings for Life, los investigadores criaron ratones genéticamente modificados, los forzaron a ingerir drogas repetidas veces, les abrieron sus columnas vertebrales, comprimieron y aplastaron sus médulas espinales expuestas (paralizándolos parcialmente), y solo entonces los mataron y diseccionaron. Y arrojaron pesas sobre las columnas vertebrales de cerdos y ratas para crear lesiones por aplastamiento antes de que todos estos animales sufrientes fueran asesinados y diseccionados.
PETA está pidiéndole a Wings for Life que termine todo financiamiento de estos experimentos inhumanos y arcaicos con animales, e instando a otros socios de la organización benéfica a seguir el liderazgo de Ball para apoyar únicamente la investigación superior, sin animales.
Ganamos, y también los animales. Y seguiremos ganando hasta que los experimentos en animales sean historia y cada jaula de laboratorio esté vacía. Ayuda a mantener el ritmo del progreso instando ahora mismo a la Universidad Johns Hopkins a que termine sus experimentos invasivos, abusivos e inútiles en lechuzas:
JOHNS HOPKINS, LAS LECHUZAS NO SON TUS TUBOS DE ENSAYO