En el “Laboratorio de ratones” un ratón que realiza su propio experimento recibe el susto de su vida cuando el mundo real irrumpe.

 

Este nuevo anuncio de servicio público (PSA) podría ser la escena de apertura de la última película de animación de Pixar. Un ratón corre por el bosque, porque claramente llega tarde a la escuela.

Se zambulle en un hoyo en la base de un árbol y entra en un laboratorio subterráneo con vasos de laboratorio llenos de líquidos de colores, con un profesor exasperado por la tardanza de nuestro héroe.

 

Es una linda escena, con un tono fresco. Hasta que no lo es.

La agencia publicitaria 160over90 trabajó con PETA y creó este ingenioso PSA para describir la realidad de la experimentación desde el punto de vista de los animales individuales: todos los animales, sin importar lo diminutos que sean, tienen una mente, una personalidad y el deseo de llevar adelante sus propias vidas.

El ratón camino a clase representa el incalculable número de ratones, ratas y otros animales que son usados y asesinados en experimentos en laboratorios de EE.UU. cada año en pruebas abusivas y científicamente falsas, como la “prueba de nado forzado” en la que los ratones deben nadar para no ahogarse dentro de contenedores sin escapatoria. El gigante farmacéutico Pfizer, fabricante de ChapStick, se niega a prohibir esta prueba, que no ha brindado absolutamente ningún dato útil, excepto probar que la imaginación de los experimentadores en animales es ilimitadamente cruel.

En realidad, el 90% de la investigación básica – la mayoría de la cual implica experimentos en animales – obtuvo cero tratamiento para humanos, y el 95% de los nuevos fármacos que en pruebas resultan seguros y eficaces en animales, fallan en ensayos clínicos humanos. Los experimentos en animales son un despilfarro, además de faltos de ética.

 

Los ratones y todos los animales merecen conducir sus propias vidas. Mira el PSA y fíjate si estás de acuerdo.