Todos hemos leído historias de terror acerca de personas que han encontrado pedazos de dedos en la comida rápida, vendajes ensangrentados en pizza y un condón en una bolsa de papas fritas. Pero las cosas más asquerosas en nuestra comida, normalmente no llegan a ser titulares—y es muy probable que los consumidores de carne y productos lácteos hayan ingerido al menos una de ellas:
1. Arsénico. Las granjas alimentan a los pollos y a los cerdos con arsénico para ayudar a evitar infecciones en las condiciones inmundas en las que viven y para tornar su piel del color rosado que es considerado apetitoso. Porque no hay nada que diga “apetitoso” como el veneno.
2. Caca. Cuando los intestinos de los animales son rasgados durante la matanza, las heces se derraman en su carne. Así que cuando la gente compra la carne, lo que obtienen es, lo sentimos, comida de porquería.
3. Vertidos industriales. ¿Quién iba a bajar al río de la localidad, agarrar un vaso, y tragar un poco de agua de río? ¿Nadie? Bueno, entonces la gente podría querer evitar el consumo de pescados, que están infectados con los contaminantes que caen en los canales desde nuestras tenerías, fábricas y plantas industriales, así como el estiércol de los pastos.
4. Revestimiento de estómago de ternero. Muchos quesos están hechos con cuajo, una enzima tomada del revestimiento del estómago de los terneros. ¿Comer estómagos de bebés te enferma del estómago?
5. DDT. Aunque EE.UU. prohibió el DDT, éste permanece en el medio ambiente y particularmente se acumula en las grasas animales. Piensa, “doble capa de toxinas”.
6. Pus. Las vacas en las granjas de productos lácteos a menudo sufren de mastitis, una dolorosa inflamación de las ubres causada por bacteria. Sus cuerpos tratan de combatir la infección produciendo pus, y adivina a dónde va la pus. A la leche y a la boca del quien la bebe.
7. Lodo rosado. La imagen ahora famosa de lo que parece ser el resultado de un niño aplastando toda su plastilina, es en realidad carne separada mecánicamente, un ingrediente principal de muchas carnes procesadas, como los nuggets de pollo y las salchichas. Se hace pasando los huesos de los animales a través de una máquina que raspa los últimos restos de carne y sangre, aglutinando los pedacitos en una pasta, y luego tratando la masa con amoniaco, tiñéndola, y añadiéndole sabor.
Me hace anhelar… brócoli.