La Ciudad de México le dice a los circos que obligan a los animales a realizar trucos que el espectáculo no debe continuar. Tras las campañas de PETA y de otros, los miembros de la Asamblea Legislativa de la ciudad votaron por unanimidad prohibir los circos con animales. Y ahora, después de escuchar a miles de simpatizantes de PETA, incluyendo a Kate del Castillo quien es originaria de la Ciudad de México, el Jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera ha ratificado las reformas a la ley. Tardará un año para que la prohibición entre en vigor, pero cuando lo haga, el circo Ringling Bros. y todos los demás circos que maltratan a los animales tendrán que tachar a la Ciudad de México de sus giras. Autoridades en todo el mundo están prohibiendo a los circos crueles, y los defensores de los animales no se detendrán hasta que la utilización de animales en los circos sea cosa del pasado.
El siguiente artículo fue publicado originalmente el 24 de junio de 2014:
La defensora de los animales y amiga de PETA, Kate del Castillo, ha hecho un llamamiento al Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, instándolo a proteger a los animales en su ciudad natal. Kate, quien es oriunda de la Ciudad de México, le dijo al alcalde:
“Me enorgullecí al saber que los miembros del concejo municipal votaron unánimemente para prohibir el uso de los animales en circos. Le escribo para instarlo a proteger a los animales y al público, promulgando esta ley”.
La Ciudad de México se posiciona para unirse a la lista creciente de jurisdicciones que ya han impuesto prohibiciones. Una vez aprobada por el Jefe de Gobierno, la nueva ley entrará en vigencia en un año, y la multa por violarla estaría en el rango de $45.000 a $60.000. El voto del concejo llega pisándole los talones a nuestras protestas en los shows en Ciudad de México de Ringling Bros. y Barnum & Bailey.
Esta no es la primera vez que Kate ha alzado la voz en defensa de los animales. Recientemente ha narrado una exposición muy fuerte sobre el circo para PETA. En el vídeo, se pueden ver a los entrenadores de Ringling pegando y golpeando a los elefantes con varas con puntas filosas de acero en sus extremos y atormentando a los elefantes bebé que fueron arrancados de al lado de sus madres protectoras y forzados a realizar entrenamientos crueles y dolorosos.
Por Jennifer O’Connor